Los caballos cimarrones fueron una vez símbolo de la vasta región occidental estadounidense. Un caballo cimarrón es un caballo bravo y salvaje, de modo que si una persona lo monta o pone una carga en él, salta de arriba abajo. Entonces, cuando la gente usaba un caballo cimarrón, tenían que domarlo. Con el fin de domesticar un caballo cimarrón, los vaqueros montaban sobre él y lo sometían, lo cual se ha convertido en los rodeos en la actualidad.
Otra forma de domesticar un caballo cimarrón es atarlo a un burro. Si los dos están atados en el prado, al principio el burro débil será arrastrado por el caballo al correr. Sin embargo, sorprendentemente el caballo cimarrón, que actúa como desea, seguirá al burro gentilmente en unos pocos días. Sin importar con cuánta desesperación el caballo intente separarse del burro, finalmente se dará cuenta de que no sirve de nada y se rendirá ante el burro.
Una persona con un carácter fuerte a menudo es considerada como un caballo salvaje. Todos tienen algunos rasgos ásperos en su personalidad. Debemos poner a un burro al lado de un caballo salvaje en nosotros. El burro en nuestro corazón, que nos domestica para que seamos gentiles, es la perseverancia.