
En el poema dramático “Pippa Passes” de Robert Browning, un poeta inglés representativo, el personaje principal, Pippa, es una muchacha pobre que trabaja en una fábrica de seda en Venecia.
Cuando Pippa tiene vacaciones, que es de un solo día al año, entona una canción llena de alegría, pasando por cuatro casas de personas que se cree llevan la vida más feliz de todo el pueblo, una por una. En realidad, estas cuatro familias estaban pasando por momentos difíciles que los demás no sabían, pero al oír la canción de Pippa, sentían paz y libertad que no habían experimentado hasta entonces. Sin saber el gran trabajo que ha hecho, Pippa se va a dormir lamentándose de haber pasado sus vacaciones sin sentido.
Las cosas visibles no lo son todo. Ya que no sabemos qué ocurre en el mundo invisible, no debemos llegar a la conclusión de que solo las cosas que son visibles ante nuestros ojos, son todo lo que ocurre.
¿No se siente avergonzado por casualidad por no haber logrado ningún resultado en el evangelio? No obstante, usted no puede saberlo todo. Entre los días que usted piensa que pasaron casualmente, la sorprendente obra de salvar un alma pudo haber ocurrido. No necesita sentirse desanimado solo porque nadie lo reconoce. Hasta un pequeño rastro dejado en el camino del evangelio que recorre en silencio y con obediencia, es claramente visible ante los ojos de Dios.