John Wood, que trabajaba como ejecutivo de una gran empresa, fue de vacaciones a una zona remota del Himalaya, en Nepal. Allí vio a unos estudiantes tomando clases, sentados en el suelo. Quedó impactado y decidió hacer algo útil por la educación de los niños que vivían en países en vías de desarrollo.
Aunque no sabía cómo preparar los libros y los gastos de la educación, ni cómo enviarles los regalos cruzando el Pacífico, lo primero que hizo fue enviar a todos sus conocidos mensajes de correo electrónico solicitando donaciones de libros.
Luego, envió los libros donados a las escuelas de Nepal. Después de eso, estableció una organización benéfica y realizó varios proyectos uno por uno, con lo que él podía hacer.
Hasta la fecha, John Wood ha establecido más de mil ochocientas escuelas y dieciséis mil bibliotecas en Nepal, India, Vietnam, etc., y ha distribuido quince millones de libros. Este fue el resultado que obtuvo al poner en práctica lo que él podía hacer con cosas pequeñas teniendo una resolución: “Nada es imposible a fin de cambiar el futuro de los niños que no reciben educación y permanecen en el ciclo de la pobreza”.