Si alguien viene a ayudarlo a llevar una carga pesada, si alguno amablemente le muestra el camino cuando se pierde, si alguien le presta un paraguas cuando está desconcertado por una repentina lluvia… Estará muy feliz y agradecido si alguno le tiende una mano amiga en esos momentos de necesidad.
En nuestra vida cotidiana, necesitamos la ayuda de otras personas. ¿Por qué todos no nos convertimos en amables ayudantes este mes? Si nuestra familia o vecinos necesitan ayuda, ayudémoslos sin esperar nada a cambio. Pero eso no significa que no tengamos ninguna recompensa en absoluto, porque ayudar a los demás conlleva sus propias recompensas. Cuando estamos dispuestos a ayudar a los demás con un corazón gozoso, siempre recibimos alegría y felicidad.
- Consejos
- Mire a su alrededor y vea si hay alguien que necesite ayuda en su familia.
- Pregunte a sus familiares y vecinos si hay algo que pueda hacer para ayudar.
- Si necesita ayuda de otra persona, levante la mano y diga: “¡Esta es tu oportunidad para que me ayudes!”.
- Si alguno dice: “¡Esta es tu oportunidad para que me ayudes!”, ayúdelo de inmediato.
- Ayude a los demás al menos una vez al día.
- Cada vez que ayude a alguien, márquelo en el calendario. Luego, un mes después, cuente cuántas veces ayudó a su familia y vecinos.
- Cuando ayude a los demás, asegúrese de que no se sientan incómodos. Procure no ayudarlos con lo que deben hacer por sí mismos.