La niñera, la otra madre del rey

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El príncipe de la dinastía Chosun de Corea era criado por una niñera. La reina, que tenía que asumir su papel como la madre del reino, no podía concentrarse solo en el cuidado infantil, y era demasiado hacer el trabajo de alimentar, bañar y cambiarle los pañales a su bebé por sí misma.

El príncipe consideraba a la niñera, que siempre se preocupaba por él, como otra madre. Una vez que el príncipe era coronado rey, su niñera recibía una gran orden de la corte en reconocimiento a su contribución. Ella incluso tenía sirvientes, montaba una litera, y ocasionalmente recibía regalos reales. Para la niñera que provenía de la clase más baja del pueblo, era como una historia de pobreza a riqueza y de honor para su familia. Sin embargo, no cualquiera podía ser la niñera. Tenía que someterse a una evaluación rigurosa de físico, lactancia materna, salud, etc. Entre estos, el criterio indispensable era el carácter. Los Anales de la dinastía Chosun dicen: “En cuanto a la niñera del príncipe, asegúrese de seleccionar a una mujer que sea generosa, amable, cálida, educada, cortés y tranquila para que sirva al príncipe como maestra”.

La niñera que tomaba el papel de una madre más cercana al príncipe, debía poseer la calidez de una madre en su comportamiento.