“Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”

Las personas que viven por la palabra de Dios se esfuerzan por poner en práctica esta enseñanza. No obstante, contrariamente a sus expectativas, no es sencillo. Dios dijo: “Amaos unos a otros”, así que esperan recibir la misma cantidad que dan. Sienten que están perdiendo muchas cosas cuando dan a los demás sin recibir nada, por lo cual se torna difícil dar amor.

Sin embargo, hay algo que no debemos olvidar: Es la condición: “Como yo os he amado”, que está antes de la palabra “que también os améis unos a otros”.

Dios sacrificó hasta su vida y aun así nos amó. ¿Él esperó recibir algo a cambio?

Así como Dios nos amó sin ninguna condición, amemos a nuestros hermanos y hermanas incondicionalmente. Haciendo eso, la palabra de Dios: “Así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Ro. 13:10), se puede realizar, y nos convertimos en protagonistas de las profecías de la Biblia que cumplen la ley de Dios.

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” Jn. 13:34