En la sociedad agrícola, la propiedad más importante para los granjeros después de la tierra son los bueyes. Un buey puede hacer como si nada el trabajo equivalente a muchos obreros en el campo.
Criar a un buey, sin embargo, no es sencillo. Uno tiene que levantarse temprano en la mañana para hacer el forraje y ponerlo en el pesebre. Se necesita limpiar el establo a menudo, a menos que quiera que los bueyes estén sucios y olorosos. Pero no hay ningún granjero que piense: “Desearía no tener un buey”, solo porque no le guste limpiar los desordenados establos. Esto es solamente algo natural que necesita hacer para obtener los beneficios de los bueyes.
Mientras realizamos la obra de Dios, a veces conocemos personas que nos hacen pasar un mal momento o enfrentamos situaciones problemáticas. ¡Desearíamos evitar todo eso, claro, si fuera posible! Por supuesto que podemos evitarlo. Pero entonces, eso significa que tendríamos que renunciar a las bendiciones y gracia de Dios preparadas en ellos. Sin bueyes, podemos tener establos limpios, pero no podemos disfrutar ningún beneficio que el buey puede traer.
Si queremos que nuestro granero esté lleno de una abundante cosecha, necesitamos hacer algunos esfuerzos y tener paciencia.
“Sin bueyes el granero está vacío [“limpio”, NTV]; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.”Pr. 14:4