El significado de una buena obra
Iglesia de Harare, Zimbabue
Estábamos preocupados a medida que el día de nuestro servicio voluntario se acercaba; podríamos haber tenido un pequeño problema debido a la escasez de voluntarios. Sin embargo, el día señalado, se reunieron más hermanos y hermanas de lo que habíamos esperado. A pesar del caluroso clima, llevamos a cabo nuestra campaña de limpieza con entusiasmo.
Mientras limpiábamos cada rincón del parque en Harare, muchas personas iban y venían. Presentamos brevemente nuestra Iglesia de Dios a los que caminaban hacia nosotros y nos preguntaban de dónde éramos y por qué recogíamos la basura con rostros tan brillantes bajo el sofocante sol. Un miembro del ayuntamiento, quien nos asignó el área de limpieza, quedó asombrado y dijo: “Nunca he visto voluntarios que trabajen tan duro sin esperar nada a cambio. Estoy seguro de que la iglesia a la que pertenecen estas personas es una buena iglesia”, y prometió visitar nuestra iglesia en el Día de Reposo.
Lo que Dios quería era una buena obra en sí, no el número de participantes. Comprendimos que podemos ser la sal y la luz del mundo aunque seamos pequeños en escala, siempre que hagamos el servicio voluntario con un corazón sincero.