¡No a los grafitis! ¡Sí a una ciudad limpia y segura! (II)
Arleen Alzadon Montano, desde Sídney, Australia
Los miembros de la Sion de Sídney son de diversas culturas, países y razas, pero superando todo esto tienen amor fraternal. Y son uno solo para proclamar al Padre y a la Madre celestiales con cada pequeña buena obra. Recibimos una buena oportunidad para alumbrar su luz. En respuesta al llamado de la comunidad para que los voluntarios se remanguen y participen en el Día de la Remoción de Grafitis, concurrimos a la campaña.
El 29 de octubre de 2017, vestidos con chalecos de color amarillo brillante, nos reunimos en un complejo industrial de Blacktown. Nos pusimos guantes y gafas y llevamos a cabo la misión de borrar los grafitis antiestéticos en la pared de un edificio industrial en Blacktown. Los participantes provenían de todas las áreas: niños, estudiantes de secundaria, jóvenes y adultos, por lo que pudimos compartir el trabajo de manera eficiente. El deprimente muro se repintó con la risa de los miembros y resonaron cánticos nuevos en el oscuro complejo industrial.
El día de la remoción de grafitis no duró mucho. Las dos horas de trabajo estimadas se realizaron en menos de una hora gracias a la unidad de todos los miembros. El supervisor del evento nos elogió diciendo que trabajamos en armonía como si fuéramos un cuerpo.
“Realmente se lucieron hoy. Han hecho una gran diferencia. Los grafitis destruyen el orden social. Cuando las personas ven los grafitis, piensan que su comunidad está arruinada y pierden el amor y el orgullo por ella. Mediante la remoción de los grafitis, han demostrado a todos que nos preocupamos y nos enorgullecemos de nuestra comunidad”.
La Oficina de Estadísticas de Australia muestra que los grafitis y otras formas de vandalismo cuestan a la comunidad australiana 2700 millones de dólares anuales. En Nueva Gales del Sur, que pertenece a Sídney, se gastan más de 300 millones de dólares cada año para remover los grafitis no deseados. A través de los esfuerzos de los voluntarios a nivel nacional, el gobierno puede ahorrar una cantidad considerable de dinero de los contribuyentes, la cual se puede asignar para otros usos valiosos.
Nos enorgullecimos de poder ayudar a nuestra comunidad, juntando nuestras manos solidarias. Aunque no era parte del plan, el consejo nos pidió que ayudáramos a los voluntarios que estaban deshierbando cerca; nos animamos felices como niños que recibieron más tiempo para jugar. La pared que se convirtió en un lienzo blanco y limpio, brillaba intensamente.