Los que obedecen absolutamente la palabra de Dios

Jo Gyeong-jun, desde Yangsan, Corea

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A menudo pensaba: “Ah, esto es lo que debo hacer”, o: “Debo deshacerme de mi naturaleza pecadora”, después de escuchar un sermón o ver un vídeo educativo. Sin embargo, en unos pocos días, pronto me encontraba llevando el mismo estilo de vida que antes y sentía mucha vergüenza. No obstante, justificaba mi acción, pensando que al menos guardaba bien los cultos. Pero reaccioné cuando leí este versículo:

“Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.” 1 Jn 3:4

Pensé que el desafuero se refería solo a no guardar los mandamientos de Dios, como la Pascua o el Día de Reposo. Pensé que la palabra de Jesús: “Apartaos de mí, hacedores de maldad”, no se aplicaba a mí, porque había guardado los mandamientos de Dios. Sin embargo, fue una idea equivocada. Hacer algo con lo que Dios no se agrada o no corregir lo que debo cambiar, también era un pecado e infracción de la ley.

Pensar que podría ser uno de los que practican el desafuero, a quien Jesús dijo: “Apartaos de mí”, me puso los pelos de punta. Puede que no sea fácil corregir todo de una vez, pero haré esfuerzos constantes por agradar a Dios.