
El Dr. Schweitzer fue un gran filántropo, que dedicó su vida a servir al pueblo africano como médico misionero. Este es un episodio que ocurrió cuando se subió a un tren rumbo a Dinamarca para recibir el Premio Nobel en 1952.
Muchos periodistas se dirigieron a la sección de primera clase del tren para entrevistar a Schweitzer, pero no pudieron encontrarlo. Entonces, lo buscaron en la sección de segunda clase, pero tampoco pudieron verlo allí. En ese momento, uno de los periodistas lo encontró atendiendo a unos campesinos pobres en un rincón de un vagón de pasajeros de tercera clase lleno de un olor desagradable.
—Doctor, ¿qué está haciendo aquí? Por favor, diríjase rápidamente a la sección de primera clase.
—No, gracias. He estado en lugares donde hay gente que me necesita, no en lugares donde me siento cómodo. Ahora también lo estoy haciendo.