Removiendo las manchas

Lee Jeong-ho, desde Libreville, Gabón

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Me gustaría compartir lo que he comprendido al pintar la iglesia de Libreville, Gabón.

Pintamos el edificio de nuestra Sion cada temporada de sequía. Dado que no podemos hacerlo en la temporada de lluvias aunque queramos, tenemos que pintar en esta temporada a menos que deseemos estar rodeados por paredes sucias por un año.

Pero hay algo que debemos hacer antes de pintar: la eliminación de manchas. Ya que llueve con frecuencia y hay mucha humedad durante la temporada de lluvias en Gabón, el musgo y el moho se forman fácilmente, lo cual decolora las paredes. Si tan solo pintamos sin remover las manchas, se ve bien temporalmente, pero el moho regresará y las paredes lucirán peor que antes. La eliminación de manchas es necesaria, pero es un trabajo pesado. Sería bueno si las paredes se volvieran blancas después de salpicar agua sobre ellas, pero no funciona de esa manera.

Debemos ser meticulosos en el trabajo porque cuando la luz del sol brille tras acabar con el trabajo, la diferencia entre los lugares donde se remuevan las manchas exhaustivamente y los lugares donde se haga ligeramente, será evidente.

Pienso en contratar a un experto para que realice un buen trabajo, ya que nosotros carecemos de habilidades, pero no me siento seguro al respecto. Cepillar cada rincón y esquina nosotros mismos no me preocupa, aunque es muy trabajoso.

Al principio empezamos con mucho gozo. Sin embargo, después de frotar durante horas y días, comenzamos a sentir dolor en nuestros dedos, muñecas, brazos, hombros, espalda y en todo el cuerpo. Además, la parte decorativa de una columna en la parte superior de la pared, en donde tenemos que cepillar longitudinalmente, ¡es demasiado complicada!

Mis manos temblaban al usar los palillos durante la hora del almuerzo, y muchas cosas vienen a mi mente: “¿Hasta cuándo tendré que hacer esto?”, “¿No hemos hecho suficiente?”, “Debemos mudarnos a otro lugar el próximo año”, etc. No obstante, finalmente comprendí algo espiritualmente: “¡Nuestros pecados en el cielo deben de haber sido muy espantosos!”.

Ahora puedo sentir qué graves eran las manchas de nuestros pecados. Dios mismo vino a la tierra sin pedirles a los ángeles que hicieran el trabajo en su lugar. Mi alma estaba manchada por horribles pecados que solo pudieron ser limpiados cuando Dios desgarró su carne y derramó su sangre. Cuando reflexiono sobre mí mismo, mi rostro arde de la vergüenza.

Cuando se remueven las manchas y las paredes se pintan de blanco, el edificio luce brillante. Nuestros corazones también brillan. Las decoraciones en las columnas añaden belleza a las insípidas paredes. Estoy contento de que los miembros se queden en la limpia y hermosa Sion.

El Padre y la Madre celestiales deben de estar limpiando nuestros pecados sin preocuparse por su dolor al ver cómo sus hijos celestiales cambian hermosa y brillantemente en un día feliz como este. Deseo que la eliminación de manchas espiritual se complete pronto. Espero que todos los miembros de la familia de Sion cambien, para que la aflicción del Padre y la Madre termine pronto.