
Un tentetieso nunca cae; aunque es empujado, rebota rápido. La razón por la que un tentetieso se endereza de inmediato, aunque parezca caer, es que su centro de gravedad está en la parte inferior.
Si el centro de gravedad estuviera en la parte superior, ni un tentetieso podría estar de pie; su cuerpo se inclinaría hacia un lado y caería al suelo, sin importar cuánto quisiera estar de pie.
De la misma manera, si el centro de nuestro corazón está en lo alto, no podemos estabilizar nuestra fe; cuanto más alto esté el centro, más rápido caeremos.
“El corazón arrogante es el que se siente decepcionado cuando no se cumplen sus expectativas.” De la lección de la Madre.
Si queremos ser servidos más, es una prueba de que nos estamos volviendo altivos. Esta es una señal de peligro de que podemos caer en nuestro camino de la fe.
Si desechamos nuestra altivez de corazón y tenemos todo el tiempo la actitud humilde y de servicio como el ejemplo que nos mostró Dios, podremos mantener nuestra fe para que no caiga; aunque podamos tambalear por un momento por algunas razones, podremos estabilizarnos rápidamente y levantarnos como un tentetieso espiritual.