
“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder de escoger nuestra respuesta. En nuestra respuesta está nuestro crecimiento y nuestra libertad.”
Viktor E. Frankl, un psiquiatra confinado en el infame campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial que sobrevivió por su indomable voluntad, dejó estas palabras en su libro.
Para decirlo con claridad, supongamos este caso: en un día soleado, está conduciendo un automóvil placenteramente para ir a un picnic familiar, pero un automóvil que lo sigue detrás repentinamente se pone en la parte delantera del camino. Puede irritarse y molestarse o simplemente puede ignorarlo. Depende de usted decidir si estropeará su salida familiar perdiendo los estribos o mantendrá su humor en buenas condiciones.
Cada vez que somos estimulados por el entorno, las circunstancias o las palabras y acciones de la gente a nuestro alrededor, si reaccionamos inmediatamente sin filtración, seremos privados de la iniciativa de vida por ellos. Hay un refrán que dice que la felicidad también es una elección. La manera de incrementar el poder de elegir la felicidad es ampliar el espacio entre el estímulo y la respuesta.