Convirtiendo un punto débil en un punto fuerte

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El tiburón, el súper predador del mar, tiene puntos débiles mortales como pez. Esto se debe a que no cuenta con un saco lleno de aire, llamado vejiga natatoria, que controla su flotabilidad y arcos branquiales.

El tiburón tiene un hígado que constituye hasta un cuarto del total de su masa corporal en lugar de la vejiga natatoria. El hígado está lleno de aceite y grasa que es más ligero que el agua, lo cual le ayuda a flotar en el agua. Sin embargo, la eficacia del hígado es limitada, por eso el tiburón necesita nadar constantemente para no hundirse. Además, no tiene arcos branquiales que son necesarios para la respiración, por ello no puede dejar de nadar ni por un momento para garantizar un suministro constante de oxígeno.

La razón por la que el tiburón puede nadar velozmente en cualquier lugar del mar y cazar su presa rápidamente a pesar de no contar con vejiga natatoria ni arcos branquiales, es que sus aletas se desarrollan muy bien al moverse constantemente para poder respirar sin hundirse. El punto débil se convierte en el punto fuerte que hace que un tiburón reine en el océano.

A veces, pueden sentirse deprimidos debido a las cosas que consideran que faltan en su vida de la fe. No obstante, esas cosas pueden ser una fuerza motora que fortalezca su alma si continúan el ejercicio espiritual predicando y la respiración espiritual orando. En lo que les falta o son débiles, está el poder que hace vivir y activar su alma.

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