A fin de encontrarse con sus hijos que están en un país lejano para cumplir sus sueños, las madres volaron durante diez horas al país. Habían llevado cucharas, tazas y cuencos que sus hijos utilizaban en casa, y habían comprado comestibles en el país extranjero donde sus hijos residían, y luego prepararon sus platos favoritos.
Sin saberlo, los hijos se sentaron a la mesa donde estaban colocados los platos de sus madres, en la cafetería que los productores habían preparado. Algunos de sus hijos tomaron fotografías de los platillos, al ver que eran familiares, y disfrutaron el sabor lentamente. Luego aparecieron sus madres, vestidas con sus delantales y llevando comida, y los ojos de ellos se llenaron de lágrimas.
Este es un vídeo publicitario titulado “El plato de mamá, la mejor comida casera de mi vida”, que es una historia real de personas comunes. Los hijos que están en otro país dicen que extrañan más a su familia cuando ven a otras familias comiendo juntas, y las madres en sus pueblos natales dicen que extrañan más a sus hijos cuando comen la comida favorita de ellos.
Cada día sin excepción tenemos comida en casa. Ya que nuestras madres ponen la mesa regularmente para nosotros, tendemos a darlo por descontado, olvidando lo preciosa que es. Sin embargo, en realidad, los platos de mamá nos han mantenido y nos han hecho desarrollarnos mucho.