septiembre 23, 2020

Compartiendo amor con el prójimo, esperando el Chuseok

Donación de sets de comestibles a grupos socialmente vulnerables a través de gobiernos locales con la esperanza de que nadie pase la fiesta nacional en soledad

Corea del Sur

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El dicho coreano: “Ni más ni menos, sino como el Chuseok”, ya no se relaciona bien con nosotros en el presente. Debido a la prolongada pandemia de la COVID-19, se hizo difícil reunirse incluso con miembros de la familia, y el agravamiento de la situación económica ha aplacado la atmósfera social. Además, muchas víctimas de desastres no se habían recuperado de las dificultades causadas por la lluvia y los tifones que azotaron Corea en el verano.

Con la esperanza de que nadie pase la fiesta nacional en soledad, especialmente durante el otoño algo frío, la Iglesia de Dios se propuso compartir el amor con su prójimo, en conmemoración del Chuseok. El 23 de septiembre, la Iglesia de Dios comenzó a donar juegos de comestibles a ciudades, distritos, consejos municipales, centros de bienestar y centros de servicio comunitario. Los juegos de comestibles se entregaron a las víctimas de desastres y a los grupos socialmente vulnerables, como ancianos que viven solos, familias monoparentales y familias encabezadas por niños o adolescentes.

Los funcionarios locales expresaron su gratitud: “Hay muchas personas que no reciben servicios de bienestar, pero la Iglesia de Dios les ha extendido su mano cálida y amiga cada año, lo cual ha sido de gran ayuda para ellos”. Los funcionarios de bienestar social de la ciudad de Ulsán, que sufrió mucho por los tifones, lamentaron que menos personas estuvieran ayudando durante los momentos difíciles y pidieron atención y apoyo constantes.