Más brillante que el jarrón restaurado

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La Mansión Christchurch se construyó en Inglaterra durante el siglo XII. Ahora se usa como museo y exhibe antigüedades como pinturas, cerámicas y muebles, recibiendo muchos visitantes.

En el verano de 2014, el sonido del tintineo sonó en algún lugar allí. Fue porque un niño de cinco años accidentalmente tiró un jarrón de 221 años, el cual se hizo pedazos en el suelo. El museo no lo responsabilizó por el accidente. No obstante, un año después, el personal del museo emitió un comunicado de prensa para buscar al niño y su familia. Adivinen por qué.

En ese tiempo, el empleado del museo que se estaba preparando para la prueba de calificación de restauración de bienes culturales, reunió todas las piezas del jarrón roto, una por una. Fue una tarea elaborada que tomó una hora por pieza. Después de restaurarla con éxito, el museo buscó al niño y a su familia para asegurarles que todo estaba bien, mostrando el jarrón mágicamente reparado.

Es increíble que el jarrón roto haya sido restaurado. Pero lo más impresionante es la consideración del museo, que incluso comprende los corazones de los visitantes que causaron el accidente y deben de sentirse incómodos por ello.