Sensación de dolor, evidencia de estar vivos

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El reino de los cielos que la Biblia nos enseña es un lugar sin dolor. ¡Qué bueno sería vivir sin sentir dolor toda nuestra vida!

Sería grandioso si estuviéramos en el cielo donde no hay dolor en absoluto, pero en la tierra no es algo bueno que una persona no sienta dolor aunque esté enferma.

En 2011, se proyectó una película con un título único, Dolor. Esta película muestra el encuentro irónico entre una mujer, para quien incluso un poco de dolor es mortal debido a una rara enfermedad, y un hombre que no puede sentir el más mínimo dolor al perder los sentidos de su cuerpo por su culpabilidad después de perder a su familia por sus errores. Al igual que la historia del hombre que no siente dolor y la mujer que no puede soportar ni un poco de dolor, estaríamos en un gran problema si estuviéramos demasiado entumecidos o fuéramos demasiado sensibles al dolor. ¿Qué significa el dolor para nuestro cuerpo?

La nocicepción es la sensación más precisa en la piel

El dolor es una sensación desagradable asociada con, o como resultado de, un daño del tejido real o potencial. En otras palabras, es una sensación desagradable producida por algo que anda mal con una parte del cuerpo; se emite una señal cuando se estimulan los puntos de dolor diseminados por el cuerpo y llegan al cerebro a través de los nervios, lo cual hace que la persona se dé cuenta del dolor.

Más específicamente, en la membrana de una célula que constituye el punto de dolor, hay una vía que transfiere a la célula las sustancias nociceptivas como la serotonina y la histamina. Cuando el tejido se daña, se forma una sustancia nociceptiva que ingresa en la célula a través de la vía y la célula reconoce las señales de dolor. El sabor picante del pimiento no es un sabor, sino un tipo de nocicepción causado por una sustancia llamada capsaicina. Los estímulos mecánicos al colisionar con algo o al ser pinchado con una aguja, o el estímulo térmico al quemarse con fuego, son todos causas de dolor. La señal de dolor percibida se transmite mediante el nociceptor a su destino final, el cerebro.

La velocidad a la que se transmite la nocicepción al cerebro es de 0,5 a 30 metros por segundo, que es más lento que la sensación táctil que se mueve a 70 metros por segundo. Como los nociceptores son tan delgados, transmiten señales más lentamente que otros nervios sensoriales. Si bien hay unos 25 puntos táctiles por centímetro cuadrado de piel en promedio, el número de puntos de dolor es de unos 200 por centímetro cuadrado de piel. Esto es posible porque los nervios nociceptivos son delgados. Como hay muchos puntos de dolor, podemos conocer los puntos de dolor con mayor precisión.

Señal de peligro del cuerpo

La vida de los pacientes que sufren dolores intensos incluso por una leve irritación se presentó en la televisión e hizo que la gente se sintiera mal. Hasta la más leve irritación hacía que los pacientes sintieran dolor, al sufrir de un raro desorden llamado síndrome de dolor regional complejo (SDRC). Sienten un dolor extremo como si los pincharan con una aguja o los golpearan con un hacha cuando una prenda roza su piel. Incluso después de que el estímulo desaparecía, el dolor no disminuía fácilmente. A veces, los pacientes que siempre sufren de dolor se sienten deprimidos o intentan suicidarse. La vida de una persona cuyos sentidos solo sienten dolor, es cruel. Si ese es el caso, ¿no sería mejor no sentir dolor en absoluto?

Proceso de reconocimiento de la advertencia de dolor en la célula

Fuera de la célula: cuando se daña un tejido corporal, se produce una sustancia nociceptiva.
Membrana celular: la sustancia nociceptiva producida ingresa en la célula a través de la vía de la membrana celular.
Dentro de la célula: la célula reconoce la señal de dolor.

Una niña llamada Gabby Gingras se presentó en un famoso programa de entrevistas de los Estados Unidos en 2005, y se convirtió en tema de conversación en el país, siendo llamada supermujer. No sintió dolor cuando tocó una plancha caliente ni cuando pisó trozos de vidrio roto. La niña que sufría de analgesia no sentía dolor incluso cuando le picaban o golpeaban con algo. No podía percibir dolor porque había algo mal en sus circuitos neurotransmisores o en su cerebro. Las causas de la analgesia son muy diversas; puede ser de factores antropogénicos como las drogas, lesiones accidentales o enfermedades crónicas como la diabetes.

Los pacientes con analgesia, que son insensibles a la discapacidad física, a menudo están en riesgo porque no pueden tomar medidas adecuadas para proteger sus cuerpos. La córnea de Gabby se lastimó porque se frotaba los ojos frecuentemente. Sin embargo, como no sentía dolor, no pudo recibir tratamiento en el momento oportuno y perdió la visión de un ojo. Joanne Cruz, otra paciente con analgesia, no gritó ni una sola vez cuando dio a luz a su bebé. Tuvo que someterse a una cirugía para que le colocaran una barra de metal en la columna vertebral, ya que había abandonado el tratamiento a pesar de que la tenía torcida, y más adelante tuvo que someterse a una cirugía mayor porque no se había dado cuenta de que la barra de metal de la cirugía anterior se había roto. Algunos pacientes con analgesia no pueden vivir solos porque no tienen hambre, y muchas personas mueren cuando su apendicitis, la cual puede tratarse con un procedimiento simple, empeora porque no pueden sentir dolor abdominal.

La insensibilidad a la discapacidad física no es solo el caso de los pacientes con analgesia. Si bien hay una gran cantidad de puntos de dolor en la piel, el número de puntos de dolor en los órganos internos es solo una quincuagésima parte, en comparación con la piel. Esta es la razón por la cual el cáncer de pulmón no se diagnostica hasta la última etapa en la mayoría de los casos, y tampoco el de hígado, llamado “órgano silencioso”. Los pacientes se quejan de dolor solo cuando su condición se agrava.

No es algo afortunado sino desastroso no poder sentir dolor; si no podemos sentir dolor, no sabremos dónde está el problema en nuestro cuerpo, lo cual hace peligrar nuestra vida incluso con pequeñas heridas. La razón por la que la nocicepción es el más desarrollado de los sentidos, es que el cuerpo necesita estar protegido de peligros externos identificándolos rápidamente y actuando consecuentemente.

Para superar el dolor

La sensación de que un miembro amputado o perdido todavía está adherido incluso después de perderlo en un accidente o a través de una cirugía, se denomina “miembro fantasma”. Los pacientes que sienten el miembro fantasma experimentan el dolor de sus miembros faltantes, a lo cual se le denomina “dolor del miembro fantasma”. Deducen que esto ocurre cuando las células del nervio del cerebro responsables de las sensaciones producen una ilusión, y esto hace que los pacientes sientan más dolor porque no pueden rascar ni masajear un miembro con comezón o dolor que ni siquiera se encuentra allí.

Dado que el cerebro siente dolor, a veces el dolor del miembro fantasma es tratado mediante el uso de la flexibilidad del cerebro. Es para hacer que los pacientes sientan que tienen extremidades en ambos lados al reflejar su extremidad existente en el espejo. Los pacientes que han perdido un brazo y han estado sufriendo del dolor del miembro fantasma, sienten que su brazo desaparecido se mueve mientras miran su brazo existente moviéndose en el espejo. Entonces el dolor se reduce. Esto reduce el dolor haciendo que el cerebro que había malinterpretado que el brazo perdido estaba dolorido, entienda que no hay dolor a través de un efecto visual.

La morfina que se extrae de las drogas es adictiva, pero se usa como analgésico para aliviar el dolor de manera muy efectiva. La morfina produce un efecto analgésico al combinarse con proteínas especiales en el cerebro. Así como solo la llave correcta puede abrir el candado, las proteínas especiales se combinan solo con ciertos tipos de materiales. Esto significa que hay una sustancia que actúa como la morfina en nuestro cuerpo.

En 1975, se encontró en el cerebro una sustancia que tiene un efecto analgésico cien veces más fuerte que la morfina. Se trata de la encefalina, que es un tipo de endorfina. Cuando el cerebro reconoce el dolor, secreta endorfinas que suprimen el dolor e interfieren con la transmisión del dolor. En otras palabras, el cuerpo controla el dolor para superarlo. Cuando los maratonistas están sin aliento cerca de la línea de meta y sienten que sus corazones van a explotar, experimentan la “euforia del corredor”, que es una sensación emocionante de alegría, en lugar de dolor; y las madres a veces sienten una gran alegría durante el parto. Es porque las endorfinas se liberan para soportar el estrés severo o el dolor físico. Se sabe que las endorfinas se secretan mucho cuando uno se ríe, pero de hecho se liberan más cuando el dolor físico y mental alcanza su punto máximo. Los tipos de endorfinas que se han descubierto hasta ahora, incluyen la encefalina, la beta endorfina y la dinorfina.

El dolor es una parte indispensable de nuestras vidas. A veces, el dolor viene como un sufrimiento insoportable, pero detrás de él hay una advertencia que nos alerta de los peligros de nuestro cuerpo. Más allá del sufrimiento, el dolor es una evidencia de que estamos vivos y un sistema de advertencia que nos protege.