La Fiesta de los Tabernáculos se celebra el quince del séptimo mes según el calendario sagrado y es la última de las siete fiestas de tres tiempos. Esta fiesta conmemora la obra de la construcción del tabernáculo de Dios cuando los israelitas vivían en el desierto. También es la fiesta de cosecha para juntar los cultivos de otoño. En el Antiguo Testamento, esta fiesta se llamaba Fiesta de la Cosecha, Fiesta de las Cabañas y Fiesta de las Enramadas.
Dios estableció varias reglas en el Antiguo Testamento como un espejo y sombra para el Nuevo Testamento y puso en las ceremonias de cada fiesta las cosas profundas y misteriosas que se cumplirían en los tiempos del Nuevo Testamento. Averigüemos lo que Dios quiere mostrarnos mediante la Fiesta de los Tabernáculos y a través de quién se nos dará la bendición del agua de la vida prometida en esta fiesta.
Moisés recibió los diez mandamientos y bajó del monte Sinaí el décimo día del séptimo mes según el calendario sagrado, en el primer año después de que los israelitas fueron liberados de Egipto y comenzaron su viaje a Canaán. Luego Moisés anunció al pueblo la obra de la construcción del tabernáculo como un lugar para guardar los diez mandamientos y los materiales necesarios para la obra. Todo generoso de corazón del pueblo trajo alegremente materiales para la construcción del tabernáculo.
“Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado: […] Tomad de entre vosotros ofrenda para Jehová; todo generoso de corazón la traerá a Jehová; oro, plata, bronce, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabra […]” Ex 35:4-19
“De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que Jehová había mandado por medio de Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Jehová. […] Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana. […] Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba.” Ex 35:29-36:7
En el transcurso de aproximadamente una semana, los israelitas hicieron grandes esfuerzos por traer materiales a Dios para la construcción del tabernáculo. Dios estableció la Fiesta de los Taber náculos y les mandó celebrarla para que pudieran conmemorar la obra de la reunión de materiales y la construcción del tabernáculo.
“Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Jehová por siete días. […] Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, […] en tabernáculos habitaréis siete días; todo natural de Israel habitará en tabernáculos, para que sepan vuestros descendientes que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios. Así habló Moisés a los hijos de Israel sobre las fiestas solemnes de Jehová.” Lv 23:34-44
En la Fiesta de los Tabernáculos, los israelitas reunían ramas de palmeras y de diferentes árboles para construir tabernáculos y permanecían en ellos durante siete días, regocijándose juntos. Así, conmemoraron la historia de la construcción del tabernáculo durante el viaje por el desierto y los cuarenta años en que sus antepasados habitaron en tabernáculos.
Una de las características de las reglas de la Fiesta de los Tabernáculos era que el pueblo recogía ramas de árboles y construía tabernáculos en los terrados y en los patios. En la Biblia, los árboles a menudo representan a las personas (Jer 5:14). Lo mismo ocurre con los materiales para el templo de Dios.
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.” Ap 3:12
La Biblia dice que los que vencen, los santos, se convertirán en las columnas en el templo de Dios. Así, los santos se comparan con los materiales del templo de Dios. Es por eso que la Biblia dice que el pueblo de Dios se está edificando bien coordinado para convertirse en un templo santo en Dios.
“edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” Ef 2:20-22
Espiritualmente, todos y cada uno de los santos son un material para el templo de Dios; algunos son columnas y otros son vigas de soporte. Así como los israelitas reunían materiales para el tabernáculo en el Antiguo Testamento, en esta época estamos reuniendo a todos los santos de Dios, los materiales para el templo celestial, para completar el hermoso templo espiritual, de modo que se cumpla la profecía de la Fiesta de los Tabernáculos. La Fiesta de los Tabernáculos contiene un mensaje poderoso: “Completemos el templo de Dios predicando con entusiasmo y encontremos a todos los miembros perdidos de nuestra familia celestial”.
Hoy en día, muchas iglesias no celebran la Fiesta de los Tabernáculos que contiene un significado tan grande. Algunas iglesias adoptan el nombre de la fiesta, pero ni siquiera conocen el significado de la fiesta ni cuándo debe celebrarse. Dios no derrama la lluvia oportuna del Espíritu Santo sobre quienes no celebran la Fiesta de los Tabernáculos.
“todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. […] Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.” Zac 14:16-19
La Biblia dice que Dios derramará plagas y castigos sobre los que no celebren la Fiesta de los Tabernáculos. ¿Puede ser salvo alguien que es castigado por Dios y azotado con plagas? Ya que la Fiesta de los Tabernáculos está directamente relacionada con la salvación de la humanidad, Jesús, que es nuestro Dios y Legislador, celebró la fiesta como ejemplo para nosotros.
“[…] Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos; […] En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; […]” Jn 7:1-2, 37-39
Hace dos mil años, Jesús predicó en la Fiesta de los Tabernáculos y prometió la bendición del agua de la vida, el Espíritu Santo, a todo aquel que creyera en Él. Sin embargo, en esta última época del Espíritu Santo, el Espíritu y la Esposa nos dan el agua de la vida.
“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Ap 22:17
El apóstol Juan registró la escena que había visto en una visión, en la que el Espíritu y la Esposa vienen a esta tierra y dan el agua de la vida. Así como en la época del Hijo los que creyeron en Jesús recibieron el agua de la vida, también en la época del Espíritu Santo solo los que crean y reciban completamente al Espíritu y la Esposa recibirán el Espíritu Santo prometido en la Fiesta de los Tabernáculos.
El Espíritu Santo es Dios Padre, que es uno con el Padre y el Hijo. Entonces, ¿quién es la Esposa? El apóstol Juan escribió que la Desposada, la Esposa del Cordero, es la “gran ciudad santa de Jerusalén, que desciende del cielo, de Dios” (Ap 21:9-10).
El profeta Zacarías también profetizó acerca de la fuente del agua de la vida en esta época de la siguiente manera:
“Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.” Zac 14:7-8
En este versículo, “aquel día” se refiere a la época del Espíritu Santo, que es la última de las tres épocas: la época del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo. Como la Biblia dice que saldrán aguas vivas de Jerusalén, podemos entender que Jerusalén es la fuente del agua de la vida en la época del Espíritu Santo. Jerusalén, la fuente del agua de la vida, no se refiere a una ciudad física en esta tierra, sino que tiene un significado especial y espiritual.
“Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.” Ga 4:26
La Biblia nos hace saber que la Jerusalén de arriba es Madre de todos nosotros. Jerusalén, la fuente del agua de la vida en la última época, es Dios Madre. Por lo tanto, en el libro de Apocalipsis, que contiene las profecías sobre la época del Espíritu Santo, está escrita la escena del Espíritu y la Esposa, Dios Padre y Dios Madre, viniendo a la tierra y dando el agua de la vida.
“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. […]” Ap 22:1-2
En Zacarías está escrito que el agua de la vida sale de Jerusalén, y en Apocalipsis se señala que el agua de la vida sale del trono de Dios. Por lo tanto, el trono de Dios también representa a Jerusalén, nuestra Madre celestial.
“En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono de Je-hová, y todas las naciones vendrán a ella en el nombre de Jehová en Jerusalén; […]” Jer 3:17-18
Dado que a Jerusalén se le llama trono de Dios, como lo profetizó Zacarías, en la última época el río del agua de la vida sale de Jerusalén, nuestra Madre celestial. Viendo la Biblia, no cabe duda de que Dios Madre es la fuente del agua de la vida. Si negamos la existencia de Dios Madre añadiendo o quitando de la palabra de Dios, no recibiremos el agua de la vida, la bendición de la salvación (ref. Ap 22:18-19).
En la época de Moisés, la obra de la construcción del tabernáculo se completó cuando el arca del pacto se colocó en el Lugar Santísimo. El santuario representa a Dios. En el santuario, el Lugar Santísimo, que tenía las mismas medidas de longitud, anchura y altura, representa a la Jerusalén celestial cuya longitud, anchura y altura también son iguales, que es nuestra Madre (cfr. Jer 17:12-13, 1 R 6:14-21, Ap 21:9-16).
En realidad, el santuario se dividió en dos aposentos: el aposento exterior era el Lugar Santo, y el interior era el Lugar Santísimo. El sacerdote podía entrar en el Lugar Santísimo después de pasar por el Lugar Santo. Esta es una profecía que muestra que en la última época del Espíritu Santo, solo los que comprenden plenamente a Dios Padre pueden acercarse a Dios Madre. La Fiesta de los Tabernáculos es una importante fiesta que nos permite reconocer a la Madre celestial, la realidad del Lugar Santísimo.
“[…] Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.” Ap 7:14-17
Los versículos anteriores dicen que el Cordero nos guiará a las fuentes de aguas vivas. En la Biblia, el Cordero se refiere a Cristo (Jn 1: 29). La fuente del agua de la vida es la Madre Jerusalén. La Biblia nos dice que Dios Padre nos guiará a Dios Madre.
Dios puso “códigos secretos” en varias partes de la Biblia con el fin de dar testimonio del Salvador. Para revelar los secretos de la salvación ocultos desde la creación del mundo, solo a su pueblo que sería salvo, los escribió en parábolas. En consecuencia, aunque la gente vea y escuche las palabras de la Biblia, no pueden entender los secretos con su propia sabiduría (Mt 13:10-17, 34-35).
En la época del Espíritu Santo, el Padre Ahnsahnghong, Cristo en su segunda venida, vino en la carne y reveló todos los secretos de la Biblia a sus hijos. El Padre escribió el libro titulado El Misterio de Dios y la Fuente del Agua de la Vida, y reveló el misterio del Espíritu y la Esposa, que están testificados en la Biblia. Como está profetizado que el Cordero será nuestro pastor y que nos conducirá a la fuente del agua de la vida, el mismo Dios Padre nos guio a Dios Madre, que es el misterio de Dios y la fuente del agua de la vida.
Siguiendo la guía de Dios Padre, hemos recibido a Dios Madre que nos da el agua de la vida. En estos días, aunque la palabra “Elohim” (“Dioses” en hebreo) está escrita en la Biblia unas dos mil quinientas veces, las personas aún no comprenden la existencia de Dios Madre. Los que hemos sido guiados por el Cordero a la fuente del agua de la vida debemos predicar sobre Dios Madre a todas las personas del mundo.
El rey David preparó muchos materiales para que Salomón construyera el Templo de Jerusalén; del mismo modo, nuestro Padre, que vino según la profecía del rey David, nos enseñó en detalle la verdad de la Madre Jerusalén. Además, nuestro Padre espera ansiosamente que mostremos la gloria de la Madre Jerusalén a todas las naciones del mundo al encontrar rápidamente a nuestros hermanos perdidos, que son los materiales del templo espiritual, así como Salomón completó el templo de Jerusalén.
El libro de Salmos dice: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican” (Sal 127:1). Con la construcción del templo espiritual sucede lo mismo. La ayuda de Dios es absolutamente necesaria para que prediquemos el evangelio y encontremos a nuestros hermanos perdidos, que son los materiales para el templo celestial. Hasta que se complete la construcción del templo celestial, debemos ofrecer muchas oraciones a Dios para revestirnos del poder del Espíritu Santo.
La Fiesta de los Tabernáculos es una fiesta de gozo y felicidad, a diferencia de la fiesta de aflicción o contrición. ¿Cuál es la razón? Es porque hemos encontrado a la Madre celestial, la fuente del agua de la vida, a través de esta fiesta. Los que pecamos en el cielo y fuimos arrojados a esta tierra hemos reconocido y encontrado a la Madre celestial atravesando seis mil largos años. Entonces, ¿cómo no podríamos estar llenos de gozo y felicidad?
Como pueblo de Sion que guarda las fiestas solemnes de Dios, celebremos sagradamente la Fiesta de los Tabernáculos, comprendiendo la profunda voluntad de Dios contenida en esta fiesta, y prediquemos alegremente sobre Dios Madre. Pido sinceramente a todos los miembros de nuestra familia de Sion que presenten abundantes ofrendas espirituales a Dios, proclamando fuertemente al mundo entero: “Vengan a Dios Madre que nos da el agua de la vida”, y que cumplan así la profecía de la Fiesta de los Tabernáculos.