¿Cuál es la diferencia entre el bautismo de inmersión y el bautismo de aspersión?

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El bautismo es un acto ritual para enterrar el cuerpo pecador y renacer a una nueva vida para llegar a ser cristiano. Ser bautizado es enterrar nuestros pecados en el agua. Las diferentes denominaciones enseñan y practican diferentes métodos de bautismo: de inmersión y de aspersión. Parece que no hay una gran diferencia entre ellos, pero cuando entendemos el significado de la palabra griega para bautismo, podemos ver que el bautismo bíblico es el de inmersión y no el de aspersión.

La palabra griega “(baptisma)” significa ‘mojar algo, sumergir’. La palabra española “bautismo” es una transliteración directa de la palabra griega. Por lo tanto, si consideramos el significado del idioma original, no hay duda de que el método bíblico del bautismo es la inmersión.

Bautismo de inmersión y bautismo de aspersión

Cuando vemos las películas relacionadas con el cristianismo o los cuadros religiosos, frecuentemente podemos ver las escenas de Jesús siendo bautizado en el río Jordán o de las personas que se están bautizando sumergiéndose en el agua. Esto se debe a que el bautismo es un “rito de inmersión”, al igual que su significado literal.

Cuando un cadáver es sepultado, no es suficiente rociar una pala de tierra sobre él una o dos veces. Lo mismo sucede con la ceremonia de sepultura del pecado. No podemos decir que el pecado de uno es completamente sepultado rociando solo unas cuantas gotas de agua sobre él. Por esta razón, es necesario que el cuerpo entero esté bajo el agua.

Ser completamente sepultado en el agua simboliza la muerte y el entierro del pecado. Por eso, en general el bautismo era realizado en un río o en el mar, porque no había mucha agua, y cuando el bautismo era realizado en algún otro lugar donde no había suficiente agua, era común verter agua en todo el cuerpo hasta que este fuese completamente empapado.

La práctica moderna de rociar agua para el bautismo, la cual muchas iglesias están siguiendo ahora, data del tiempo de la iglesia cristiana temprana, que se expandió a las regiones del extranjero. Cuando los cristianos viajaban una larga distancia, si había alguno que quería ser bautizado después de escuchar el evangelio en un área desértica, donde no era fácil conseguir incluso un sorbo de agua, rociaban unas cuantas gotas de agua sobre las personas en lugar de sumergirlas en el agua. Esto se debía a que no había suficiente agua para mojar el cuerpo entero. Esta práctica informal del bautismo era permitida solo en circunstancias inevitables o excepcionales. No obstante, después del año 120 d. C., el método de rociar agua empezó a sustituir al método de inmersión; incluso en lugares donde había mucha agua, se adoptó el método informal del bautismo.

La circuncisión del Antiguo Testamento y el bautismo del Nuevo Testamento

『Será circuncidado todo varón de entre vosotros […], y será por señal del pacto entre mí y vosotros.』 Gn. 17:10-11

En los tiempos del Antiguo Testamento, la ceremonia de la circuncisión era realizada como una señal entre Dios y su pueblo. Este rito de la circuncisión ha sido reemplazado por el bautismo en el Nuevo Testamento.

『En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, […]』 Col. 2:11-12

De este modo, el bautismo es una ceremonia santa para llegar a ser hijos de Dios. Jesús mismo nos dio ejemplo al ser bautizado en el agua (Mt. 3:1-17).

El bautismo, la señal de la salvación

Ya que la salvación por medio de la fe se enfatizó después de la Reforma, el bautismo fue simplemente considerado o interpretado como una señal de arrepentimiento. Y muchas iglesias incluso consideraban el rito del bautismo como algo sin importancia o innecesario. Sin embargo, el bautismo es absolutamente necesario para la persona que quiera nacer de nuevo como hijo de Dios y recibir la salvación.

『El que creyere y fuere bautizado, será salvo; […]』 Mr. 16:16

『Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; […]』 Hch. 2:38

『El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva […] por la resurrección de Jesucristo,』 1 P. 3:21

Para un pecador no hay nada más importante que el perdón de pecados. Por consiguiente, el bautismo es una ceremonia urgente que no puede ser aplazada; debemos ser bautizados inmediatamente después de comprender la palabra de Dios. Los discípulos, que fueron enseñados directamente por Jesús, bautizaban a las personas tan pronto como aceptaban su mensaje. Hay muchos casos de bautismo de inmediato en la Biblia. Esto muestra cuán urgente e importante es el rito del bautismo (Hch. 8:35-36, Hch. 16:13-15, Hch. 16:29-34). Hoy, la mayoría de las iglesias enseñan que el bautismo debe ser dado después de seis o doce meses de estudio. Sin embargo, sus enseñanzas salen de su completa ignorancia a la voluntad de Dios.

Bautismo de nuevo

Algunas personas, cuando escuchan el evangelio por primera vez, preguntan: “Yo ya he sido bautizado en otra iglesia. ¿Debo ser bautizado de nuevo?” En la Biblia hay una prueba del bautismo de nuevo.

『Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.』 Hch. 19:3-5

La razón por la que el apóstol Pablo recomendó a los que fueron bautizados por Juan, ser bautizados de nuevo en el nombre de Jesús, era que ellos podían recibir la promesa del perdón de pecados solo al ser bautizados en el nombre del Salvador que vino en esa época. Por consiguiente, los que quieren recibir la promesa de la verdadera salvación, aunque fueron bautizados antes de recibir la verdad, deben ser bautizados de nuevo en la verdadera iglesia, para que puedan participar en la promesa de la perfecta salvación.

Id y haced discípulos a todas las naciones

Una violación guía a otra, y a otra más. Esta es la naturaleza de los seres humanos, los pecadores, de llegar a ser más osados al cometer más maldad. Si se hacen insensibles al pecado, finalmente llegan a interpretar la palabra de Dios a su propia manera, a confundir sus propios pensamientos con la voluntad de Dios, y a cambiar una base bíblica por sus propias visiones. No obstante, las palabras de Dios no pueden ser cambiadas a la injusticia por causa de una sola cosa.

Los hijos de Dios no debemos alinearnos con los que se vuelven de las enseñanzas de la Biblia con una excusa de conveniencia humana o universalidad. Todas y cada una de las leyes que Dios el Creador nos ha dado, son su promesa para la salvación de nuestras almas, por lo tanto tenemos que obedecer todo lo que Dios nos ha dicho, aunque sea algo pequeño.

Hemos nacido de nuevo como hijos del cielo por la gracia de Dios. Nuestro deber es comprender la voluntad de Dios y predicar la verdad a muchas almas. Siguiendo la palabra de Dios, guiemos a todas las personas del mundo entero al camino de la salvación.

『Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.』 Mt. 28:19-20