
Las urracas construyen conjuntamente un nido cuando están a punto de poner huevos. Construyen un nido en la cima de un gran árbol que pueda proteger a sus crías de los enemigos naturales. Traen ramas y las entrelazan para formar una estructura, y aplican barro para fijarlo con fuerza. El interior del nido está cubierto con hierba seca o plumas para que sea acogedor y suave.
Deben volar de arriba abajo más de mil veces para juntar todos los materiales hasta que el nido esté terminado. Aparte de juntar ramas, es más difícil tejerlas firmemente. Las ramas tejidas frecuentemente caen al suelo por el viento. Pero las urracas no las recogen para reutilizarlas, sino que buscan otras nuevas. El nido que completaron tan cuidadosamente es lo suficientemente fuerte como para resistir las tormentas.
El hogar no solo es un lugar físico; también contiene el significado de una familia amorosa. Así como las urracas no escatiman esfuerzo ni trabajo, agitando sus alas incontables veces para construir su nido, si toda la familia se esfuerza constantemente por la armonía, podrán fortificar un hogar que nunca colapsará, aunque sople un fuerte viento.