La buena energía del servicio voluntario

Hong Hyeon-ja, desde Hwaseong, Corea

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Un día antes de la campaña de limpieza en Namyang-eup, mi cuerpo se sentía pesado y me dolía la cabeza; parecía que estaba resfriada. Sin embargo, no quería perder la oportunidad de realizar el servicio voluntario después de un tiempo.

El día siguiente, cuando llegamos al punto de encuentro y nos pusimos las camisetas amarillas, de algún modo me sentía energizada.

Como era el día de apertura de un mercado de cinco días en Namyang, había mucha gente y las congestionadas avenidas estaban sucias con basura.

Mientras recogíamos la basura sin tiempo de levantarnos, el sudor corría por mi espalda. La brisa que soplaba de vez en cuando no se sentía fría sino refrescante. Durante la campaña de limpieza, el malestar y la fiebre ligera en mi cabeza desaparecieron. La felicidad que sentí a través del servicio voluntario debe de haber tenido una buena influencia en mi mente y cuerpo.

Una vez más experimenté que todo lo que hacemos según la enseñanza de Dios nos hace saludables y felices.