Un hombre tiene decenas de miles de pensamientos desde el momento en que se levanta hasta que se acuesta. Un estudio del psicólogo estadounidense Shad Helmstetter muestra que la mayoría son pensamientos negativos como ansiedad o preocupación y que pocos son pensamientos positivos.
Los pensamientos negativos no surgen desde el principio. Cuando dejamos tranquilamente todo tipo de pensamientos en nuestra cabeza, fluyen naturalmente de manera negativa. Una persona que fácilmente se siente aburrida incluso por algo bueno, llega a inclinarse hacia una forma negativa inconscientemente a medida que pasa el tiempo de acuerdo con el hábito del cerebro que acepta las cosas negativas más activamente. Por eso los expertos dicen que debemos esforzarnos por tener pensamientos positivos.
Hay una manera de evitar que nuestros pensamientos fluyan en una dirección negativa. Es estudiar la palabra de Dios siempre. Entonces los buenos y hermosos pensamientos que Dios nos da, les pisarán los talones a otros. Si eso se conecta con una oración de gratitud, Dios mantendrá nuestro corazón y mente seguros y hará que no tengamos preocupaciones.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”Fil. 4:6-7