Hace unos días, visité a mi madre en mi ciudad natal. Estaba contentísima de verme y pude sentir su amor más allá de las palabras a través de su expresión facial. Después de pasar tiempo charlando con ella, estaba a punto de irme. Fue entonces cuando mi madre giró la cabeza y se secó las lágrimas.
En mi infancia, nunca conocí el corazón de mi madre. Pasaba el tiempo paseando bajo las farolas, mientras sentía resentimiento contra ella, que siempre llegaba a casa tarde por la noche debido a su trabajo.
Sin embargo, comprendí el amor de mi madre a través de mi esposa. Cuando llego a casa después de terminar mi trabajo, mi esposa me da una cálida bienvenida y mis hijos corren hacia mí con sonrisas felices y me abrazan. Mientras alivio mi fatiga, mi esposa realiza incansablemente las tareas del hogar y cuida meticulosamente a los niños. En el pasado, daba por descontado que a mi esposa le correspondía el trabajo de cuidar a nuestra familia. Sin embargo, a través de ella, pude sentir el amor y sacrificio de una madre. Mi madre también debe de haber tenido muchos problemas, cuidando a su familia en dificultades y pobreza. Yo era un niño inmaduro que solo pensaba en sí mismo.
—¿Por qué me miras así? —preguntó mi esposa, sintiendo mis ojos sobre ella mientras me sumía en mis pensamientos.
—Eres muy hermosa…
Estoy realmente agradecido con mi esposa, una madre dedicada, por darme un gran entendimiento. Y a través de este escrito, doy gracias a mi madre, que debe de haber tenido muchos problemas para criarme.