“Temperatura interior 6℃”
Es una frase escrita en las notas de laboratorio de Marie Curie, quien recibió el Premio Nobel hasta dos veces. Ella se dedicó a los experimentos día y noche en un frío cobertizo adaptado donde no había calefacción. A través de miles de experimentos de separación y refinación de los minerales de uranio, llegó a extraer el radio y abrió la época de la terapia radiactiva para la humanidad.
Marie Curie renunció a su derecho de patente, que podría haber sido una oportunidad para vivir cómodamente ella misma y hasta sus generaciones. Además, dedicó todos sus bienes a la investigación. Aunque contrajo una enfermedad por la exposición a la radiación, permitió a todo el mundo usar el radio para curar a los enfermos.
Es noble compartir lo que uno tiene sin esperar ninguna recompensa. Si uno comparte lo suyo a través del sacrificio, ¿con qué palabra podremos expresarlo?
Hace dos mil años, Jesús nos permitió la verdad del nuevo pacto para salvar a los pecadores, soportando todo tipo de sacrificios. Y en esta época, el Espíritu y la Esposa nos dan el agua de la vida gratuitamente.
Siguiendo los ejemplos del Padre y la Madre celestiales, los obreros del nuevo pacto se esfuerzan por salvar almas. Lo que les hace brillar es también el amor de compartir sin costo. Predicar la bendición de la salvación al mundo entero es un hermoso acto de compartir que eleva la temperatura del mundo.