Un hombre que no tiene ningún talento en el baloncesto lanza una pelota hacia el aro. La lanza diez veces y falla las diez ocasiones. Sin embargo, cuando vuelve a intentarlo algún tiempo después, mete la pelota en el aro cuatro de cada diez veces. ¿Qué hizo que la tasa de éxito de su objetivo aumentara repentinamente?
En realidad, este fue un experimento para descubrir el poder del pensamiento positivo. Después del primer intento del retador, el anfitrión reunió a algunas personas, colocó una venda en los ojos del retador y le dijo que podía hacerlo si tenía confianza, y luego le pidió que lanzara la pelota. Cuando el retador con los ojos vendados lanzó la pelota, la gente lo vitoreó con entusiasmo como si lo hubiera logrado aunque no lo hizo. Seguía sin lograr el tiro, pero los espectadores lo aplaudían y vitoreaban. Después de eso, el retador hizo otro intento sin la venda en los ojos e hizo cuatro anotaciones.
La tasa de éxito de la meta subió del 0 % al 40 % gracias a la fe y la confianza de que podía lograrlo. Si tiene una meta, lance la pelota con una mente positiva. Disfrutará haciendo la anotación.