Arrepentimiento

Jang Min-gyeong, desde Seongnam, Corea

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“Por favor, perdónenme por no haber amado a mis hermanos”.

“Por favor, perdónenme por no obedecer sus palabras”.

Hubo muchas ocasiones en que pedí el perdón de mis pecados a Dios; en el Día de Reposo y en el culto del Tercer Día, que son las fiestas semanales, y en el Día de Expiación cuando confesamos todos nuestros pecados que cometimos durante el año. Sin embargo, solo repetía oraciones vagas que carecían de sinceridad. Conocía mis errores, pero simplemente pensaba que Dios me perdonaría, y solo oraba por mis deseos en lugar de hacerlo por arrepentimiento. Realmente nunca supe cómo arrepentirme. Entonces este versículo me cambió:

“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.” Ro 8:26

Dios mismo oró por mí incluso cuando no sabía por qué debía pedir. ¡Qué triste debe de haber sido para mí y cuánto me amó que oró por mí con gemidos indecibles, golpeándose el pecho! Estaba sin palabras ante su gran amor.

Ni siquiera quería arrepentirme de los pecados que conocía. Pero Dios no reprende a esta hija; más bien oró incluso por los pecados que había cometido sin saber. ¿Cómo puedo entender el amor de Dios?

Doy gracias a Dios por concederme este tiempo de gracia para arrepentirme verdaderamente de mis pecados. A partir de ahora, llevaré una vida de arrepentimiento.