
Hay una tienda de emparedados donde los clientes tienen que mirar al cielo para comer uno. Lo particular y único no es solo esto. No hay mesas, sillas ni mostrador. Lo que es más, la tienda está en el séptimo piso, no en el primer ni en el segundo piso. Pueden pensar que el negocio anda mal, pero la calle alrededor de la tienda se llena de clientes que acuden después de enterarse de la tienda. Esta es la tienda de emparedados Jafflechutes, en Melbourne, Australia.
Jafflechutes es un nombre compuesto por las palabras jaffles (emparedado tostado) y parachutes (paracaídas). Sus clientes ordenan y pagan su emparedado anticipadamente vía Internet y lo esperan a la hora indicada, y se ubican en el lugar marcado con una X al lado del edificio de la tienda. Luego, sus emparedados son entregados a bordo de pequeños paracaídas de plástico. Así que todas las personas aquí, miran al cielo sin excepción. Como el primer piso, donde la gente puede ir y venir con facilidad es demasiado costoso para alquilar, el propietario abrió la tienda en el séptimo piso. Pero gracias a su brillante idea, el negocio se ha convertido en un gran éxito.
Incluso la debilidad pobre y fatal puede transformarse en un innovador mérito según el punto de vista del mismo.