Elogiar diciendo “bien hecho”, hace feliz a toda la familia.

Un buen elogio da confianza y valor. Tengamos una familia saludable elogiándonos mutuamente.

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“Cariño. / ¿Sí? / ¿Viste el pollito que estaba en el patio? / Sí. / ¿Dónde está? / Me lo comí para mantener este cuerpo débil y achacoso. / ¡Bien hecho! ¡Bien hecho! ¡Bien hecho! ¡Bien hecho! ¡Bien hecho! ¡Estoy orgullosa de ti!”

Esta es parte de una antigua canción popular coreana titulada ¡Bien hecho! ¡Bien hecho! Si lo vemos objetivamente, lo que el esposo hizo no fue de ninguna manera algo bueno. Ellos habrían podido criar al pollito y venderlo cuando creciera. Sin embargo, él se lo comió sin siquiera pedir la opinión de su esposa. Aunque la esposa se hubiera enfurecido en esa situación, él no habría podido decir nada. No obstante, la esposa elogió a su esposo, diciéndole “¡bien hecho!”

Esta canción es famosa entre la gente, probablemente porque parece buena la manera en que la esposa elogia a su esposo a pesar de su comportamiento inmaduro. Si todos en el mundo fueran así, nadie tendría que discutir. Como podemos ver en esta conversación de la pareja armoniosa, los elogios ahuyentan las disputas y traen armonía.

Como explica el libro ¡Bien hecho! (Whale Done!), un elogio es una poderosa herramienta que permite a las personas comunicarse incluso con los animales. Entonces, ¿cuánto más conmoverá un elogio el corazón de la gente y edificará una buena relación? Sin embargo, muchos son mezquinos para elogiar a sus familiares, aunque no dudan en halagar a los demás. Señalan los errores de los miembros de su familia en lugar de elogiarlos porque se sienten incómodos o no sienten la necesidad de quedar bien con ellos o por las expectativas que tienen de su familia.

Un elogio permite que la gente se sienta feliz y gozosa. Así que, no hay ninguna razón para ser mezquinos con los elogios. En vez de señalar los errores, elevemos la moral de los miembros de nuestra familia elogiándolos, diciendo: “¡Bien hecho!”

¿Qué es el elogio?

1. A todos les gusta ser elogiados

Hasta los niños que carecen de razonamiento, se esfuerzan por ser elogiados una vez que se les felicita. Una investigación demuestra que los estudiantes que a menudo son elogiados por sus maestros, tienen mejores notas que los que no lo son. Esto no se aplica únicamente a los niños, sino también a los adultos. Se dice que lo que más desean escuchar los empleados es: “¡Buen trabajo! ¡Bien hecho!” Podemos ver lo sedientas que están las personas de elogios. Incluso las plantas que no pueden hablar ni oír, crecen bien cuando son elogiadas. Los animales también hacen piruetas cuando son elogiados. Así que es natural que los elogios tengan un mayor efecto en los humanos que son seres emocionales.

2. El elogio es confianza

Gloria Beck dice en su libro Compliments, que el mejor elogio que los padres pueden dar a sus hijos es confiar en ellos. Cuando un niño pregunta a su mamá: “Si no está aquí, ¿quién me va a despertar?”, si ella responde: “Creo que lo puedes hacer por ti mismo”, el niño ganará confianza. Cuando una persona confía en nosotros, sentimos que hay alguien que nos entiende y reconoce. Entonces nos llenamos de voluntad para hacer algo, y también sentimos deseos de trabajar más duro para cumplir las expectativas de quien nos elogió. A veces, podemos incluso dar rienda suelta a nuestra capacidad latente y realizar lo que antes pensábamos que era imposible.

3. El elogio es un corazón positivo

Los elogios tienen una buena influencia en las personas que los hacen, no solo en aquellas que los reciben. Cuando hacemos elogios, podemos tener un sistema positivo de valores, y también llegamos a ser más comprensivos. El escritor Bob Conklin introdujo la forma de pensar que ayuda a que nos agrade alguien que nos desagrada, de la siguiente manera: si alguno insiste en su propia opinión con demasiada firmeza, crea que es un hombre de convicción en lugar de pensar que es testarudo; y si a alguno no le gusta gastar dinero, crea que es ahorrador en lugar de pensar que es tacaño. Si cambiamos nuestro modo de pensar de esta manera, podemos elogiar incluso a las personas que nos desagradan, y también podemos tener un corazón positivo. Si solo miran las faltas de los demás, no pueden elogiarlos. Si tenemos el corazón de elogiar a alguien, podemos encontrar algo para elogiarlo. Así como no hay nadie perfecto en este mundo, tampoco hay quienes no tengan ningún mérito.

4. El elogio es atención

Se puede elogiar a una persona aunque no haya hecho nada grandioso en particular. Por ejemplo, cuando una esposa cambia de peinado, si el esposo dice: “Vaya, has cambiado de peinado. ¡Se te ve bien!”, entonces ella se sentirá mejor. Sin embargo, aunque la esposa cambie de peinado o atuendo, si nadie en su familia lo nota ni muestra ninguna reacción, se sentirá triste, pensando que son indiferentes con ella. Preste más atención a sus familiares y exprese activamente sus pensamientos y sentimientos incluso por pequeños cambios.

5. El elogio es un eco

“Lo estoy intentando pero nadie lo reconoce. No soy reconocido en lo más mínimo.” Si alguien piensa así, no puede mostrar completamente sus capacidades, ni elogiar a los demás, sintiéndose invadido por la mentalidad de víctima. Por otra parte, quien siempre se jacta, esperando ser elogiado, incomoda a los demás. Antes de quejarse de que nadie lo elogia, elogie a los demás de corazón. Los que elogian a los demás generosamente, pueden recibir muchos elogios.

Personas cuyas vidas florecieron a través de los elogios

Entre la gente exitosa, hay muchas personas que fueron influenciadas por los elogios de sus familiares. Es bien sabido que Edison, que fue catalogado como alborotador en la escuela, pudo convertirse en el rey de la invención que tuvo más de mil patentes, gracias a los elogios de su madre. Einstein, el mejor genio del siglo xx, fue tratado como un niño incorregible y sin potencial en la escuela, pero también se convirtió en un gran científico gracias a los elogios y al estímulo de su madre, quien siempre le decía: “Tienes una habilidad especial que otros niños no tienen. ¿Cómo vas a ser exitoso si eres igual que ellos?”

Había un hombre que todos los días pernoctaba en un galpón después del trabajo, para inventar un nuevo motor. En aquel entonces, un automóvil era un símbolo de riqueza y poder. Sin embargo, su sueño era hacer que mucha gente comprara vehículos a bajo precio. Todos se reían de él y decían que solo era una pérdida de tiempo, pero su esposa confió en él y lo apoyó. Finalmente, cumplió su sueño. Esta es la historia de Henry Ford, el rey de los automóviles.

A veces, aunque los miembros de su familia parezcan imperfectos e insatisfactorios, si los elogia y anima, ganarán gran fuerza. ¿Qué puede dar más fuerza que el apoyo de la familia? Si realmente desea que todo salga bien en su familia, apóyelos con un corazón sincero y no olvide hacer elogios apropiados en el momento adecuado.

Cómo elogiar

1. Sus acciones deben corresponder a sus elogios

Si tiene un rostro rígido o sin expresiones faciales, o si sus brazos están cruzados mientras felicita a alguien, este no sentirá que lo están elogiando, sino que puede sentirse disgustado. Cuando elogie a alguien, sus acciones deben corresponder a sus elogios. Por ejemplo, puede mostrar una gran sonrisa, dar un gran abrazo o levantar los pulgares. Aunque no diga nada, puede elogiar a alguien a través de sus acciones.

2. Es bueno elogiar inmediatamente

El tiempo es importante para elogiar. Como dice el refrán: “Pega el hierro mientras está caliente”, cuando una persona hace algo que merece un elogio, es bueno elogiarla inmediatamente. Digamos que una esposa cocinó algo delicioso. ¿Qué pasa si el esposo no dice nada mientras come sino que después de mucho tiempo dice: “La comida que preparaste el mes pasado estuvo deliciosa”? En cambio, si apenas prueba un bocado dice: “¡Oh, está delicioso! ¡Eres la mejor cocinera!”, ¿qué cree que será más efectivo?

3. Sea más específico

En lugar de dar un elogio vago e impreciso como: “Eres grandioso”, “Eres un buen chico”, sería más efectivo si fuera más específico. Por ejemplo, cuando su hijo dibuja algo, si en vez de decir: “¡Está bonito!”, le dice: “Es un buen dibujo con muchos colores”, o: “Puedo ver que pones muchas ideas en ese dibujo”, entonces su hijo sentirá que entiende su corazón y estará más feliz.

4. Elogie el proceso

Si trata de elogiar solo cuando hay un buen resultado, será difícil encontrar motivos para elogiar, y solo presionará a la persona. Aunque alguien no obtenga el resultado que quería, si lo elogia por su pasión y esfuerzo, diciendo: “¡Realmente se esforzó mucho! Tiene una gran paciencia”, o: “Está bien porque hizo todo lo que pudo. Estoy seguro de que lo hará mejor la próxima vez”, entonces sentirá confianza y se esforzará más.

5. No exagere

Un cumplido por algo falso o un elogio exagerado que puede hacer que alguien se sienta arrogante, no es un elogio adecuado. Además, debe tener cuidado de no elogiar a una persona en especial cuando hay muchas personas presentes. Si está con sus tres hijos y dice a uno que es el mejor de ellos, los otros dos se deprimirán.

Nadie odia a alguien que lo elogia. Mark Twain dijo: “Puedo vivir durante dos meses con un buen elogio”, y Jean-Jacques Rousseau manifestó: “Como el pasto necesita la cálida luz del sol para crecer, el hombre necesita la luz del sol que se llama elogio para crecer saludablemente”. Así, los elogios son muy importantes.

Desde hoy, abra los ojos y trate de encontrar algo para elogiar a sus familiares. Elogiar bien es algo que amerita ser elogiado. Cuando reciba un elogio, no se vuelva arrogante ni lo rechace por timidez, sino comparta el gozo con un corazón humilde. El hogar que elogia constantemente es saludable y enérgico.