El mundo es irritable. Corrijámoslo primero en nuestro hogar.

Debemos enfadarnos o ser pacientes? La mejor elección es controlar la ira.

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Hoy en día, la gente se vuelve más y más impaciente y no controlan su ira. Un hombre que iba conduciendo en una carretera, se enojó cuando otro conductor cambió de carril, y de repente detuvo su automóvil. El vehículo que lo seguía pudo frenar bruscamente antes de chocarlo, pero cinco vehículos detrás de él colisionaron entre sí. Como resultado, un conductor inocente murió y cuatro personas resultaron con heridas ligeras y de gravedad. Hay muchos otros casos: dos personas murieron porque un hombre se enfadó disputando con el inquilino de la planta baja por el ruido entre los pisos de su edificio, y encendió fuego; un hombre asesinó a sus padres que lo disciplinaban; un hombre mató accidentalmente a su compañero de trabajo, mientras discutían. Los accidentes causados por la incapacidad de controlar la ira suceden frecuentemente y cada día más.

Si empeora el síntoma de la incapacidad de contener la ira, puede causar el trastorno de control de la ira. En 2013, un hombre disparó en todas direcciones, por lo cual asesinó a trece personas en Washington, EE. UU. Él tenía problemas de control de ira. De esta manera, los que exponen su ira excesiva e imprudentemente destruyen la vida de otros, además de su propia vida.

“Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil.”

Como dijo Aristóteles, enfadarse no siempre es malo. A veces la gente se enoja ante la injusticia. Este tipo de ira se denomina indignación justa y no causa grandes problemas. El problema es que la mayoría de las ocasiones en que la gente se enoja, no lo hacen por indignación justa, sino por simple ira que provoca disputas y discusiones.

La víctima final es quien se enfada

La mayor víctima de la ira es quien se enfada. Una vez que se enoja, se secretan hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol. Cuando se secretan estas hormonas, ocurren cambios fisiológicos como aumento de la presión arterial, aceleración del pulso, etc., y se daña la pared interior de los vasos sanguíneos en el corazón. Si estas cosas se repiten, pueden causar afecciones como enfermedades cardíacas, hipertensión, arteriosclerosis y problemas digestivos, y se eleva la posibilidad de sufrir de alzhéimer, a medida que las células cerebrales se dañan. Asimismo, estas hormonas inhiben la función de las células asesinas naturales que matan las células cancerosas, lo cual debilita la resistencia contra el cáncer.

Un experimento llevado a cabo en el Reino Unido demuestra: “Las moléculas condensadas de las espiraciones con expresiones verbales de la ira, el odio y los celos, contienen toxinas. Estas toxinas acumuladas durante una hora son suficientes para matar a ochenta personas”. Entonces, ¿cuánto más se dañará la salud de la persona que forma esas toxinas? Cuando la gente se enfada, el envejecimiento se acelera. Un profesor estadounidense dijo que la tasa de mortalidad de las personas, cuya tasa de furia era alta en una encuesta que se llevó a cabo cuando él estaba en la universidad, fue de cuatro a siete veces mayor al alcanzar los cincuenta años.

Al expresar su ira podría sentirse mejor temporalmente, pero su cuerpo y su mente se arruinan. Dado que las personas no se dan cuenta de esto, piensan erróneamente que es mejor expresar su ira. Había un experimento: a un grupo de personas se le dijo que expresara su enojo golpeando un saco de boxeo, y al otro grupo se le dijo que se sentara durante unos minutos hasta calmarse. El resultado de este experimento fue que aquellos que golpearon el saco de boxeo tendían a tratar también a los demás de manera agresiva. Si no controla su ira y siempre la expresa, usted mismo se agotará. Entonces, ¿cómo debemos controlar nuestra ira?

Cómo manejar la ira

1. “Está bien. Lo entiendo.”

El psicólogo Albert Ellis explica que la ira está relacionada con la expectativa normativa: “Alguien debe hacer cierta cosa”. Por ejemplo, las amas de casa que cuidan de sus hijos todo el día, piensan que sus esposos deben pasar tiempo con sus hijos después del trabajo; en cambio, los esposos piensan que deben tener un descanso en casa, ya que trabajaron diligentemente todo el día. Los padres piensan que sus hijos deben tener ciertas calificaciones en la escuela, mientras que los hijos piensan que sus padres deben hacer todo lo que ellos quieran. Si uno tiene esa expectativa, se enoja cuando las cosas no salen como esperaba. La manera de pensar de los demás no puede ser la misma que la suya. En efecto, es más probable que las cosas no salgan según lo previsto. En lugar de esperar que alguien haga algo, tenga una mente generosa y piense: “Está bien. Lo entiendo”.

2. El tiempo cura las heridas

Dale Carnegie, que es bien conocido por su enfoque de las relaciones interpersonales, recibió de un lector una carta negativa sobre su libro. Carnegie se enfadó y escribió una respuesta de inmediato. “Desconfío de su inteligencia. Ni siquiera creo que entienda correctamente esta carta.” Luego la lanzó a su cajón y la leyó unos días más tarde. Entonces volvió a escribir: “Gracias por su consejo sobre mi libro. Me esforzaré por escribir un libro mejor”.

Las hormonas de la ira llegan a la cima en unos quince segundos y luego se desvanecen poco a poco. Aunque se enfade, no grite de inmediato ni ataque a otros, sino trate de dejar pasar el tiempo respirando profundamente. Cuando encuentre la paz en el corazón, podrá hacer un juicio racional con tranquilidad.

3. Desahóguese en el mismo día

En mayo de 2005, una pareja de esposos del Reino Unido, que tenían ciento cinco y cien años, fueron registrados en el libro Guinness de los récords por ser el matrimonio más largo, de ochenta años. El reportero les preguntó cómo pudieron continuar su vida matrimonial feliz, entonces la esposa dijo: “Nosotros también a menudo discutíamos, pero nunca nos acostamos estando aún enojados. Por eso siempre íbamos a dormir tomando nuestras manos”.

La Biblia dice: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” (Ef. 4:26). Aunque los padres judíos reprendan a sus hijos muy severamente, siempre los consuelan con amabilidad para hacerlos sentir mejor antes de ir a la cama. Es mejor desahogarse ese día, y es suficiente enfadarse una sola vez por cada incidente. Si continúa recordando el momento en que se enojó o lo tiene presente durante mucho tiempo, esto perjudicará su salud y empeorará la situación.

4. Cambie su ira por energía que produzca un buen resultado

El escritor Thomas Carlyle mostró primero a su amigo un manuscrito que le llevó varios años completar. Mientras su amigo salió un minuto, su sirvienta pensó que era basura y lo arrojó a la chimenea. Thomas se llenó de ira y cayó en desesperación. Pero luego sucedió que vio a un obrero de construcción apilando ladrillos, y tomó una decisión: “Está bien. Lo escribiré nuevamente poco a poco, como apilando ladrillos uno por uno”. Como resultado, pudo escribir una obra mejor que la primera. Así, se creó la obra maestra La Revolución Francesa.

Cada vez que se sienta enojado, si lo toma como una oportunidad de hacer ejercicio, de leer, de esforzarse más o de mejorar su capacidad, podrá obtener un resultado productivo. Por otra parte, cuando se enfada, si come mucho, compra algo por impulso, rompe cosas, golpea a alguien o abusa verbalmente de otro, el resultado lógicamente será devastador.

5. Sea una barca vacía

“Si un hombre cruza un río y una barca vacía choca con la suya, no se enfadará aunque sea de mal carácter. Pero si ve a un hombre en la barca, le gritará que se aleje. Si el grito no se escucha, le gritará otra vez, y una vez más, y comenzará a maldecir; todo esto sucede porque hay alguien en esa barca.”

Esta es una historia de Zhuangzi. De esta manera, si usted considera a los demás como barcas vacías, no se enojará, y si usted mismo se hace como una barca vacía, incluso podrá abrazar los errores de los demás.

6. Cuando se enoje, refrésquese el corazón y plantéese las siguientes preguntas.

  • ¿Estoy seguro de no arrepentirme después de perder los estribos?
  • ¿No hay más opción que enfadarme?
  • ¿Qué beneficios obtendré si me enojo?
  • ¿Es algo por lo cual deba enfadarme desde un punto de vista objetivo?
  • ¿Estoy enfadado con la persona correcta?
  • ¿Realmente no me importa que mis células cerebrales se dañen?
  • ¿No lastimaré a mi familia por enojarme?
  • ¿No estaré interpretando la situación de modo que tenga que enfadarme?

7. Cómo tratar a una persona enojada

Es importante no enfadarse, y también lo es tratar a una persona enojada. Cuando alguien se enoja, si usted también se enoja o provoca su ira con palabras irritantes, solo se convertirá en una disputa. Siempre hay una razón por la que alguien se enoja, por lo cual necesita quien lo escuche. Si lo oye atentamente y está de acuerdo con él una y otra vez, él podrá reprimir su ira e incluso se sentirá agradecido por su atención. Aunque malentienda algo o esté enojado por un motivo irrazonable, es mejor escucharlo y aceptar lo que dice hasta que se tranquilice. Cuando se haya calmado, siga adelante y dígale lo que piensa.

Enseñar a ser paciente también es educación en el hogar

No son solo los adultos quienes tienen el problema de perder los estribos por asuntos triviales. Un estudiante se enojó con su profesor que lo despertó en clase; un hijo agredió verbalmente a su madre que intentó detener su pelea con otro; y un niño de jardín infantil pateó a su abuelo, porque le dio menos propina que a su hermana mayor. En febrero de 2013, la Federación de Asociaciones de Docentes de Corea realizó una encuesta para 594 maestros de escuela primaria y secundaria de toda Corea. El resultado de la encuesta mostró que cuatro de cada diez maestros han pensado en dejar su empleo en el último semestre debido a los alumnos que pierden el control fácilmente.

La opinión común de los expertos sobre este asunto es que la educación en el hogar es importante. Cuando los hijos se quejan o se enojan en su primera infancia, los padres deben simpatizar con ellos y luego explicarles minuciosamente lo correcto y lo incorrecto, para que puedan aprender a controlar su ira. Si hacen todo lo que quieran desde su infancia, no pueden aprender a ser pacientes. Los padres deben enseñar a sus hijos lo que está permitido y lo que no está permitido, para que no piensen que pueden tener lo que deseen si siguen importunando. Y no deben oprimirlos con palabras negativas. Deben permitirles leer libros y diarios en lugar de utilizar teléfonos inteligentes, y deben tener una conversación sincera con ellos al menos diez minutos cada día, para que puedan hablar libremente.

Si los padres se enojan habitualmente, los hijos han de desafiar a sus padres. Se informa que cuanto más castigo corporal dan los padres, más fechorías cometen los hijos en su adolescencia. Para los adolescentes, hasta los gritos hieren sus sentimientos tanto como el castigo corporal. Por lo tanto, a fin de criar a los hijos para que sean maduros mentalmente, los padres deben mostrar el ejemplo de controlar su ira con prudencia.

Ya que los miembros de la familia son cercanos entre sí, es fácil expresar o descargar su ira unos con otros. Como la expectativa para los miembros de la familia es más alta, la decepción también es mayor cuando no se cumple la expectativa; además, la gente suele pensar que los miembros de su familia son fáciles de tratar. Sin embargo, las heridas causadas por los familiares son más profundas y duraderas. Trate de no enfadarse con los miembros de su familia, a quienes debe considerar más preciosos que a nadie y por quienes necesita dar gracias. Este mes, ¿por qué no toma el reto de hacer que su familia no se enoje?