Seguridad en las redes sociales, tan importante como cerrar con llave las puertas

El uso excesivo de las redes sociales puede provocar desgracias inesperadas. Usémoslas con prudencia y de manera segura con un conocimiento pleno de la seguridad.

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Las redes sociales son una plataforma en línea que la gente usa para construir redes sociales o relaciones sociales con otras personas al compartir información y comunicarse libremente, como Facebook, Twitter, Kakao Story, Instagram, Band y YouTube. A medida que aumenta la difusión de los teléfonos inteligentes, las redes sociales se volvieron disponibles independientemente del tiempo y el lugar, por lo que se han convertido en una parte inseparable de la vida de la gente moderna.

Un portal web coreano encuestó a 693 miembros sobre el “Patrón de uso de las redes sociales y el estado de su utilización”. Se informó que el 91,3 % de los encuestados utiliza las redes sociales, y que sus propósitos eran la comunicación con los demás (63,2 %), información diversa e investigación de tendencias (60,7 %), aliviar el aburrimiento (46,9 %), grabar y compartir su vida diaria (38,6 %), participar en eventos (23,2 %) y estar actualizado (7,7 %).

Como muestran los resultados de la encuesta, las redes sociales son atractivas porque las personas pueden conectarse de forma interactiva con otras en cualquier momento y lugar. Al saludarse en las redes sociales, la gente se satisface con la empatía y la respuesta, y se aseguran de no separarse de la sociedad, sino mantener una relación fluida.

Sin embargo, así como hay dos caras de la misma moneda, existen inconvenientes detrás de los beneficios que se revelan superficialmente. Averigüemos cuáles son las trampas mortales ocultas en las redes sociales y cómo usarlas de forma segura.

Huellas digitales indelebles

Las redes sociales son un mar de información. Los usuarios publican fácilmente artículos, fotografías y vídeos en sus redes sociales, y navegan por las cuentas de otras personas y miran sus publicaciones. Publicar algo en las redes sociales significa que está bien compartirlo. Pero el problema es que las personas con las que comparte las publicaciones no serán solo sus conocidos cercanos.

Mark Zuckerberg, cofundador de Facebook, declaró que la era de la privacidad había terminado. La rápida difusión de las redes sociales expone cada vez más la información personal. Nombre, número de identificación, dirección, teléfono, intereses, economía del hogar, valores, escuela de los niños, movimiento, conexiones personales, ubicación… hay más de cien tipos de datos privados que se pueden obtener a través de la información divulgada por los usuarios en las redes sociales y a través del historial de sus visitas a los perfiles de los demás. Este es el resultado de la disposición de los usuarios de dar su información a las compañías de redes sociales a cambio de un poco de comodidad y placer.

Los rastros de las actividades de las redes sociales permanecen en las computadoras y teléfonos inteligentes como una marca digital invisible llamada “cookies”. Esto brinda la posibilidad de rastrear lo que el usuario ha hecho en línea, y la información general del usuario se entrega a diversas compañías. Sin embargo, el usuario no sabe nada al respecto. Los usuarios activos son como trabajadores no remunerados que constantemente suministran materiales a grandes volúmenes de datos, desde el punto de vista de las compañías. En realidad, las compañías de Internet y sus anunciantes obtienen enormes beneficios al observar y recopilar continuamente los rastros en línea de los usuarios.

A diferencia de la información analógica en papel o en cinta de grabación, los rastros digitales no se desgastan ni desaparecen con el tiempo. Debido a esto, las publicaciones y fotos que se publican en las redes sociales se detectan más tarde y hacen que los usuarios se sientan realmente avergonzados. Aunque la gente no tuvo reparos en las publicaciones que escribieron, siendo honestos con sus sentimientos y con las fotografías de esos días, su mentalidad cambia en algún momento cuando las circunstancias cambian. A pesar de eso, sus cookies los siguen como una etiqueta. La información digital que una vez salió de la mano de un usuario, flota por el mundo y puede regresar a él como un bumerán.

El uso excesivo de las redes sociales por parte de los padres pone en peligro a sus hijos

El prestigioso diccionario británico Chambers seleccionó “sobrecompartir” como la palabra del año 2014. Significa divulgación excesiva de la vida personal a otros en las redes sociales. En una línea similar, apareció el nuevo término “sharents”. Esta es una palabra compuesta de “share” (compartir) y “parents” (padres), y se refiere a los padres que publican cualquier cosa de sus hijos en sus cuentas de redes sociales. Ese comportamiento se llama “sharenting”.

Hay razones para sus publicaciones excesivas: dejar un pequeño registro de la vida diaria, compartir recuerdos con conocidos que están lejos, que su hijo es adorable, compartir información e inquietudes sobre la crianza, etc. Todo esto puede tener consecuencias negativas, contrarias a la intención de los usuarios.

En un programa de televisión de Corea del Sur se realizó un experimento con niños pequeños de usuarios de redes sociales. El sujeto, que obtuvo información de algunos niños a partir de publicaciones y fotos publicadas en las redes sociales, se acercó a los niños, mientras sus padres estaban ausentes, para examinar su reacción. Al principio los niños estaban atentos al acercamiento del extraño. Pero tan pronto como notaron que este conocía detalles sobre ellos, como fechas y lugares adonde habían ido y qué habían hecho, dejaron de dudar de inmediato y siguieron al extraño. Las madres, que habían sido positivas sobre las actividades en las redes sociales, se sorprendieron al ver esto.

Mientras tanto, en octubre de 2016, Darren Randall (13 años), que vivía en Alberta, Canadá, presentó una demanda contra sus padres. Fue porque estos publicaron fotos de su infancia que lo avergonzaron. En el mismo año, en Austria, una adolescente demandó a sus padres cuando le negaron su solicitud de borrar las fotos de su infancia publicadas en su cuenta. En la mayoría de los sitios de redes sociales de estos padres acusados, se mostraban los cuerpos desnudos de sus hijos, el entrenamiento para ir al baño y fotos ridículas.

En Francia, los padres que publican fotos en las redes sociales sin el consentimiento de sus hijos están sujetos a penas de prisión de hasta un año y multas. En Vietnam se está promulgando una nueva ley: si los padres cargan en su cuenta la información personal de sus hijos, como fotos o vídeos, sin el permiso de estos, pueden ser sancionados. Los niños parecen muy lindos y adorables para sus padres, pero también son sujetos independientes que tienen derecho a tomar decisiones y proteger su información personal. Los padres deben ser conscientes de esto cuando publiquen en línea contenido relacionado con sus hijos, y verificar si pueden resultar humillados o estar en peligro. El uso maduro de las redes sociales por parte de los padres puede proteger la privacidad de sus hijos.

Uso seguro y prudente de las redes sociales

La encuesta de la Agencia de Seguridad e Internet de Corea en 2011 a 200 usuarios nacionales de Twitter, informó que el 63 % de ellos revelaba sus horarios, y el 83 %, su información de ubicación. Ya que están compartiendo su vida cotidiana en las redes sociales en tiempo real, sus planes de vacaciones y eventos familiares, fotos tomadas en lugares vacacionales, boletos para presentaciones, etc., las divulgan a personas no específicas. Lo más peligroso es que esto permite predecir cuándo su casa se queda vacía. Cuando publique su información en las redes sociales, verifique los riesgos y tenga cuidado al publicar.

El siguiente caso ocurrió en los Estados Unidos: un ladrón robó veinte casas vacías de personas que publicaron artículos en las redes sociales sobre irse de vacaciones. Y una encuesta de ladrones condenados en el Reino Unido en 2011, mostró que alrededor del 80 % de ellos buscaban casas a las cuales entrar en las redes sociales. La exposición a la ubicación se puede utilizar indebidamente para la suplantación de identidad de voz y el robo. Esto se debe a que existe una alta probabilidad de que lo engañen si un pirata informático identifica la ubicación específica de su familia que se fue de vacaciones y solicita un fondo de emergencia para salir de un peligro.

Las redes sociales son como un diario abierto. Por lo tanto, los usuarios necesitan ser conscientes de cómo se presentan a los demás. Por esta razón, algunos fingen su vida para inducir el interés y la reacción de los demás. Sin embargo, aunque las redes sociales son un espacio para presumir, si la jactancia excesiva y las selfies imprudentes se difunden demasiado, causan fatiga a las personas que los rodean.

Además, si se encuentra con frecuencia con la vida fantástica de otras personas en las redes sociales, tendrá una sensación de privación al comparar su vida con la de ellos. Las emociones negativas continuas pueden provocar estrés y depresión. También puede existir el síntoma del síndrome FOMO (del inglés fear of missing out, “temor a dejar pasar”), que es el temor a ser marginado en las redes sociales.

No se concentre en vivir para mostrar a los demás o en ver con envidia la vida cotidiana de otros, sino valore aún más el tiempo que tiene. Para evitar ser adicto a las redes sociales, limite el tiempo y el lugar de uso, y considere y decida cuidadosamente qué tipo y cantidad de información compartirá en línea. Es una buena idea establecer límites de privacidad para poder compartir solo con personas cercanas. Al compartir, recuerde que debe tener cuidado de no revelar no solo su privacidad, sino también la de los demás y sus fotos no deseadas.

“Social Blackout” significa detener el uso de las redes sociales debido a efectos adversos. Según se informa, la principal razón por la que los usuarios eligen el apagón social es por la filtración de su información privada. Esto también muestra el creciente número de personas que conocen la seguridad de la información.

Sin importar cuánto pueda enriquecer nuestra vida la tecnología digital, su uso indebido es peor que no usarla, y más aún si se dirige a usted como un blanco para la delincuencia, amenazando su seguridad y la de su familia. Cada compañía debe establecerse activamente para la protección de la información personal, pero los propios usuarios deben ser más que nadie conscientes de su seguridad. Así como siempre aseguramos las puertas estrictamente por la seguridad de nuestros hogares, prestemos especial atención a asegurar nuestras puertas digitales.