
Sisa Abu Daooh, de 65 años, se gana la vida lustrando zapatos enfrente de una estación de trenes en Luxor, Egipto. Con el cabello corto envuelto en un turbante y vestida con una túnica holgada, Sisa Abu Daooh parece hombre, pero en realidad es mujer. Toda mujer desea lucir femenina y hermosa no importa la edad que tenga, pero ella se ha estado vistiendo como hombre durante más de cuarenta años desde que tenía veintiuno.
Ella perdió a su esposo cuando tenía seis meses de embarazo, y tuvo que luchar contra el mundo sola. Debía hacer algo para criar a su hija, pero a las mujeres no se les daba ningún trabajo en ese entonces debido a la seria discriminación de género. Fue por eso que decidió vestirse de hombre. Hacía todos los trabajos duros, disfrazándose de hombre, y como se debilitó, comenzó a lustrar zapatos en la calle. Iba a dejar de vestirse como hombre después de que su hija se casara, pero tuvo que seguir trabajando para ayudar a la familia de su hija porque su yerno se enfermó tanto que no podía trabajar.
Cuando el gobierno local se enteró del hecho, le otorgó el premio “mujer como jefa de familia” por ser una excelente madre, y le proporcionó una pequeña tienda para que ella misma la administrara. En la ceremonia de entrega de premios, el presidente de Egipto le entregó personalmente el premio. Es el amor de madre el que le hace incluso renunciar a vivir como mujer si se trata de su hija.