Una hermosa historia sobre los miembros de Mmakau

Pretoria, Rep. de Sudáfrica

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Por la gracia del Padre y la Madre, tengo muchos hermanos y hermanas amorosos a mi alrededor, a través de quienes puedo comprender qué fe necesito para entrar en el reino de los cielos.

En 2017, por la gracia de Dios y conforme a la profecía en la Biblia, se establecieron siete mil iglesias en todo el mundo. La Sion de Mmakau, que es una pequeña región de la Rep. de Sudáfrica, es una de ellas.

La Sion de Mmakau se estableció hace poco, pero los miembros allí son hermosos y llenos de gracia en la fe. Cada vez que los escucho hablar sobre sus experiencias en el evangelio, sonrío llena de alegría. Me gustaría compartir algunas historias sobre ellos.

Hay una hermana de cuatro años quien, de camino a Sion para guardar las fiestas, dijo a los pasajeros que estaban en el mismo transporte: “Estamos yendo a Sion para guardar las fiestas solemnes”. Ella es pequeña y todavía no puede formar oraciones completas, así que me conmoví cuando escuché que predicó el evangelio de esa manera.

Antes de que se estableciera la Sion de Mmakau, una de las hermanas de Pretoria se sentía afligida por ser la única que conocía a Dios Elohim en su ciudad natal. Por eso predicó a su mamá y a sus hermanas, y recibieron una nueva vida creyendo en el Padre y la Madre. En África, usualmente es difícil para los miembros predicar a sus padres, porque dicen: “¿Qué sabes tú? ¡Eres joven! Yo te di a luz”. Pero la hermana Ma Thathane, la madre de la hermana, lloró con gratitud y se convirtió en hija de Dios. Al experimentar esto, los miembros de Sion se animaron a predicar a sus padres.

La hermana Ma Thathane estaba caminando en su vecindario cuando vio una casa que estaba en venta, y comentó a sus hijas: “Si tuviera dinero, compraría esta casa y la convertiría en Sion para que también tengamos una Sion en Mmakau”. ¿Cómo un miembro nuevo puede tener una mentalidad tan hermosa hacia Dios? Cuando escuché lo que dijo, no pude levantar la cabeza, avergonzada; nunca había tenido esta consideración en mi vida de la fe aunque recibía muchas bendiciones de Dios Elohim. Dios, que conocía el corazón y la mentalidad de la hermana, permitió que su casa se utilizara como iglesia presucursal poco tiempo después.

Cuando la puerta de Sion se abrió en Mmakau, los miembros comenzaron a predicar a sus vecinos y amigos. A pesar de ser pocos, creían en su corazón que el pequeño llegaría a ser mil bajo la bendición de Dios, y predicaron con todo su corazón. Me sentí profundamente conmovida por una de las hermanas mayores, la hermana Ma Chauke. Siempre me preocupaba, pensando: “Puesto que no puedo hablar el idioma local, ¿qué pasaría si se siente ofendida al enseñarle en inglés?”. A diferencia de lo que pensaba, ella prestó atención a las palabras de Dios con reverencia. Absorbió la verdad con gran alegría al igual que una esponja absorbe el agua. A través de ella, pude entender por qué las palabras de Dios son descritas como más dulces que panal de miel. Después de estudiar la Biblia, regresó a su casa con emoción y hermosas fragancias para compartir.

Un día, la hermana nos invitó a visitar a su hija en el hospital y predicarle sobre la Madre celestial. Recuerdo el día en que la visitamos. Ella le dijo a su hija: “Escucha con detenimiento las palabras de Dios”. Cuando terminó la conversación, la hermana nos pidió orar en el nombre nuevo. Honestamente, pensamos que sería complicado predicar a personas mayores que nosotros, pero los miembros de Mmakau rompieron nuestras ideas fijas y nos dieron esperanza y ánimo.

Dado que no es una zona segura, le preguntamos a la hermana Ma Thathane si le daba miedo caminar a casa después del culto de la noche, y expresó: “Estoy con el Padre y la Madre”. La hermana Ma Chauke tiene un dolor constante en sus piernas e incluso usa una tobillera, pero aun así camina a Sion los días de culto para guardar los mandamientos de Dios. Nada, ni la persecución, ni la edad, ni la enfermedad ni ninguna cosa, puede evitar que los miembros de Mmakau sigan la voluntad de Dios. Aunque soy joven, a veces me atrapan las preocupaciones del mundo o me agoto con facilidad, pero los miembros de Mmakau me están despertando. Sus obras y su mentalidad hacia Dios son más juveniles que las mías.

Su fe realmente está creciendo como los jóvenes del rocío del alba que se dedican a la obra de Dios. Oro para que Dios Elohim bendiga a los miembros de Mmakau abundantemente.