Conforme a las palabrasde que hay un tiempo para todo
Lee Yeong-ja, desde Paju, Corea

Me acuesto en la cama, pero no puedo dormir. Solo sigo repitiendo en mi mente: “Padre y Madre, muchas gracias”.
Me sorprendí al ver un mensaje de texto de la jefa de la peluquería esta mañana.
“Me bautizaré hoy.”
Revisé esa corta oración una y otra vez. Ya que hasta el día anterior ella había dicho que no estaba interesada, era aún más increíble.
Nos conocemos hace siete años. Podía haberme rendido después de siete años de rechazo, pero no pude porque ella era igual que yo antes de recibir la verdad. Alguien me predicó el evangelio sin cansarse durante diez años hasta que me convertí en hija de Dios. No estaba interesada en ese tiempo, y consideraba las palabras como algo irrelevante para mí. Después de desperdiciar una década, recibí una nueva vida. Cuando comprendí el principio espiritual, agradecí a la persona que me predicó las nuevas de la salvación.
Puesto que lo había experimentado, siempre creí que aquellos que serán salvos vendrán a Dios sin importar el tiempo que tome. Fue difícil encontrarla luego de que cerrara su salón de belleza un año atrás. Solo la llamaba por teléfono en ocasiones para preguntarle cómo estaba. Entonces, me comentó que abriría una nueva peluquería en otra ciudad. Fui hasta allá a pesar de la distancia. Pensé que era tiempo de que recibiera la bendición de Dios.
Fui directamente a verla. Se veía diferente de hacía un año. Ya no lucía confiada, sino llena de ansiedad. Al escucharla decir que había estado enferma y sufriendo, recordé la parábola del buen samaritano en la Biblia. El samaritano no pasó de largo del hombre moribundo que fue atacado por ladrones. No podía dejarla sola cuando su alma había sido herida profundamente.
Primero, la acompañé a varios lugares para hacer trabajos complicados. Solo la acompañé para que no se sintiera sola y le compré una comida para animarla, pero ella me agradeció como si hubiera sido un enorme favor. “Cuando tenía dinero, había muchas personas a mi alrededor. Pero cuando no tuve nada, todos me dejaron”, expresó con mucho pesar. Luego dijo algo que había estado esperando por mucho tiempo.
“Ahora me gustaría mirar solo a Dios.”
Como dijo, siguió a nuestros miembros de Sion que había conocido por un mes cerca de su salón, y renació como hija de Dios. Agradecí sinceramente a Dios por guiar su alma a la vida.
Ella comenta que no deberíamos estar separadas siempre, porque nos hemos convertido en hermanas celestiales. Yo también quiero estar siempre con mi hermana, que ha regresado a los brazos del Padre y la Madre celestiales recorriendo un largo trayecto. Estoy tan emocionada que siento que no podré conciliar el sueño.