Cuando miramos con los ojos de amor

Park Eun-jeong, desde Chuncheon, Corea

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Pedí un estante de ropa para organizar mi vestidor. El estante de ropa llegó unos días más tarde. Aunque no tenía tiempo debido a mi trabajo nocturno, instalé el estante de inmediato y comencé a ordenar la habitación. Quería terminar de instalarlo rápidamente, pero me cansé cuando estaba hecha casi la mitad del trabajo, y lo dejé así por varios días.

Un día, mi esposo volvió a casa y frunció el ceño, mirando el guardarropa.

“¿Por qué dejaste el guardarropa a medio ordenar? ¿Te sientes bien si la habitación está desordenada cuando vuelves a casa después de trabajar duro todo el día?”

En este tipo de situación, normalmente habría dicho: “Podría suceder si no tuviera tiempo y no me sintiera bien. ¿No puedes entenderlo?”. Sin embargo, por extraño que parezca, dije algo diferente.

“He intentado, pero no pude terminarlo. Lo siento. Por favor, no te sientas mal por eso.”

Entonces no dijo nada. Si me hubiera encontrado en el pasado, habría dicho: “Entiendo que estés molesto, ¿pero no deberías por lo menos decir algo si te pido disculpas? Es muy grosero”.

Sin embargo, no me molesté, pensando que debía de estar muy cansado. Su expresión facial no cambió hasta que me fui a trabajar.

“Cariño, te ves muy cansado hoy. Lo siento. Voy a ordenar el guardarropa cuando regrese del trabajo, así que no te preocupes por eso. Descansa un poco.”

Aun así no me dijo nada.

Cuando volví a casa, mi familia ya estaba durmiendo. Realmente quería acostarme enseguida, pero limpié el guardarropa, para no incomodar más a mi esposo.

Después de terminar de arreglar el guardarropa, fui a la habitación para dormir. Entonces mi esposo se despertó cuando entré en la habitación, y dijo: “Cariño, lamento lo que pasó temprano. Dije cosas que realmente no quería decir, porque estaba cansado. Te sentiste herida, ¿verdad?”.

“No. Debí haberlo ordenado antes, pero lastimé tus sentimientos posponiéndolo. Lo siento, cariño.”

Disculpándonos y consolándonos, nos fuimos a dormir felices.

A primera hora de la mañana, se despertó y echó un vistazo al guardarropa, y dijo: “Debe de haberte lastimado lo que dije, pero lo limpiaste pacientemente. Estoy muy emocionado”.

Se me hizo un nudo en la garganta, al oír de sus labios la palabra “emocionado”. De repente, algo me vino a la mente.

¿Cuánto he conmovido a los hermanos y hermanas?

Una de las Lecciones de la Madre es: “El corazón de amor hace desaparecer el odio, y el amor de Dios se perfecciona en nosotros”. Si queremos tener un amor perfecto hacia los hermanos y hermanas, tenemos que entender y aceptar todo lo que digan y hagan. En el pasado, cuando escuchaba algo que no me gustaba, a menudo lo consideraba irritante y respondía con las mismas palabras, pensando: “¿Por qué está actuando así? ¿Realmente tiene que actuar así? ¡No puedo entenderlo!”. Creo que Dios me dio los ojos de amor, el corazón de amor y los labios de amor esta vez para permitirme entender lo que es el verdadero amor, porque no tenía el amor perfecto.

¡Qué maravilloso sería si siempre pudiera entender a los hermanos y hermanas con el corazón de la Madre, mirarlos con los ojos de la Madre, y consolarlos con los labios de la Madre! Siempre pensando en la Madre celestial que cuida con amor a esta hija imperfecta en muchos aspectos, entregaré el amor de la Madre a los hermanos y hermanas.