Mi familia es mi fuerza

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“Aunque muchos decían que no podría hacerlo, mi familia creyó en mí”.

“¿El secreto de mi victoria? ¡El apoyo de mi familia!”

“Sin mi familia, no habría logrado este gran éxito que la gente admira”.

Estos comentarios son de entrevistas con atletas que hicieron un mejor trabajo del que esperaban, aun en circunstancias adversas, o de figuras exitosas de la sociedad. Ellos dicen que pudieron vencer tiempos difíciles y cosechar el resultado de su sudor y esfuerzo porque tuvieron a su familia a su lado, y esto nos da alegría.

El apoyo de la familia me fortalece

En febrero de 2014, se llevaron a cabo los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, Rusia. Las patinadoras de velocidad sobre pista corta de la República de Corea enviaron noticias alegres a su país ganando medallas de oro. Detrás de ellas estuvieron sus familias que no escatimaron nada para apoyarlas a pesar de no ser adinerados: un hermano que interrumpió temporalmente sus estudios universitarios y trabajó mucho para comprarle patines a su hermana, una madre que siempre animaba a su hija: “Buen trabajo. Todo estará bien”, para que no supiera lo que era el desaliento, un padre que iba a casa solo dos o tres veces al mes, conduciendo un camión por todo el país, solo para apoyar a su hija. Los logros de las patinadoras, que conmovieron a todo el país, fueron posibles gracias al amor y sacrificio de sus familias.

En tiempos ordinarios, parece difícil comprender que la existencia de su familia infunde muchas fuerzas en usted. Una familia muestra su valor real cuando uno de sus miembros o toda la familia atraviesa una prueba.

A fines de 1846, un grupo de colonizadores que partió hacia California, EE. UU., se topó con una tormenta de nieve mientras cruzaba las montañas de Sierra Nevada. Unas ochenta personas, entre ellas quince jóvenes solteros y los que estaban con los miembros de su familia, quedaron aisladas en un páramo congelado cerca del actual lago Donner. Cuando fueron rescatados en la siguiente primavera, solo tres de los jóvenes habían sobrevivido mientras que el 60 % de las personas que tenían familia —niños, ancianos e incluso personas heridas— habían sobrevivido. Esto fue porque los miembros de la familia se ayudaron mutuamente con consuelo y cuidado. Frank Schumacher, un periodista alemán, dejó un famoso dicho: “Es la familia, la fábrica de supervivencia”, con respecto al asunto mencionado. Él enfatizó la cohesión familiar, diciendo que la familia es un grupo único de personas que siempre quieren saber dónde están los demás miembros, aunque no vivan juntos en la actualidad, para poder ayudarse cuando estén en peligro.

Los miembros de la familia están en una compenetración extraordinaria en la que se conectan mutuamente aunque su relación sea como una cuerda débil. Solo los miembros de su familia pueden sacrificarse por usted cuando está atravesando una crisis, sin esperar ninguna recompensa o premio. A veces, es irritante o molesto vivir cerca de los familiares, pero ellos son los que estarán con usted más tiempo que cualquier otra persona. Su hogar, donde su familia vive, es el único lugar donde puede reposar sus alas heridas cuando está cansado por lo duro de la vida. Es por eso que los consejeros familiares y los expertos en este ámbito dicen de manera unánime que debe hacer buenas cosas para su familia.

Sea también una buena persona en casa

Se acepta generalmente que hacer cosas buenas para su familia no es sencillo, aunque usted sea una buena persona con todo el resto del mundo. En efecto, a uno le resulta difícil ser generoso con su familia. Hace varios años, el eslogan de una campaña publicitaria sobre el amor de la familia: “Haga que su familia sepa qué tan buena persona es fuera del hogar”, reflejó muy bien este hecho.

Una empleada feliz en su centro de trabajo solo mueve la mano despectivamente ante la pregunta de su madre sin siquiera mirarla a los ojos; un hijo al que le encanta conversar con sus amigos no habla nada en casa; la propietaria de una florería que tiene una personalidad agradable pierde la paciencia en casa; y un gerente que es amable con el personal de su empresa es indiferente con su esposa en casa.

En realidad, las personas no se esfuerzan por ser amables con los miembros de su familia tanto como lo hacen con los demás. Los adultos se justifican diciendo que pueden ser informales en casa porque están estresados de complacer a las personas de fuera, y la mayoría de los hijos piensan que no pueden comunicarse con sus padres. La gente tiende a suponer que los miembros de su familia saben cómo se sienten porque son su familia o porque ellos los entienden, lo cual es en realidad otra razón para ser mezquino con las expresiones sinceras hacia los miembros de su familia. Ellos se tratan de manera muy informal porque se sienten muy cómodos, y esto se traduce en un daño mutuo.

La energía positiva está latente en cualquier familia; esta puede incrementarse o extinguirse, dependiendo de los miembros de la familia que la reconocen. Las influencias externas no son importantes. Conocemos a muchas familias armoniosas llenas de energía a pesar de que no son pudientes. Un proverbio chino dice que cuando el hogar de alguien es feliz, todo marcha bien. En efecto, el poder de la familia, que permite que todo marche bien, proviene de una cuidadosa preocupación entre los miembros de la familia y no de las condiciones externas.

Realzando el poder familiar

Cuando los miembros de una familia son fieles a sus funciones, el poder familiar se incrementa. En cuanto a la responsabilidad de la madre, ella puede estimular este poder con tan solo poner la mesa a tiempo. Cuando toda la familia se reúne en la misma mesa, el tiempo bien invertido para su salud también puede ser el tiempo para que los miembros de la familia se comuniquen y tengan confianza hacia el otro. Bill Gates, uno de los hombres más ricos del mundo, es un buen ejemplo de esto. En una entrevista con una revista económica, recordó que el tiempo que comía con su familia cuando era joven fue lo más beneficioso para su éxito. Él dijo que las conversaciones en la mesa le sirvieron como una base para que se convirtiera en lo que es ahora. La palabra familia, que en coreano es sikgu (食口), literalmente significa gente que vive bajo el mismo techo comiendo juntos.

Esto no significa que las madres deban hacer todas las tareas domésticas. Si la madre tiene un trabajo o es débil, se recomienda que la familia divida las tareas del hogar. El jefe de familia no debe ser excluido, porque no es un gobernante, sino parte de la familia. En las sociedades patriarcales, la mayoría de los padres consideraban a su familia como su pertenencia, les hablaban con un tono autoritario, o incluso eran abusivos con ellos; pero esta percepción ha cambiado hoy en día, poniendo énfasis en el poder familiar. La autoridad paternal proviene de los miembros de la familia que respetan al padre. Por tanto, para ser un padre con autoridad, debe tratar a su esposa y a sus hijos respetuosamente. El padre que ayuda a los miembros de su familia en las tareas del hogar o en cualquier cosa y los guía amablemente, puede ser respetado y tener autoridad.

En cuanto a los hijos sensibles, ellos necesitan pensar en lo agradecidos que deben estar con sus padres. Los adolescentes tienden a evitar conversar con sus padres, juzgando que siempre los regañan y que existe una brecha generacional. Ya que pasan la mayoría de su tiempo en la escuela y con sus amigos, se hacen más cercanos a sus amigos que a sus padres. Todavía no hay nadie que pueda nacer sin padres. A diferencia de los animales que pueden vivir por sí solos después de nacer, los humanos solo pueden sobrevivir si sus padres cuidan de ellos hasta que crezcan. Si está agradecido con sus padres por haberle dado la vida —la cual no puede comprarse con dinero ni puede crearse por un proceso científico—, y por haberlo criado, no le resultará difícil ser respetuoso con ellos.

Hay muchas otras maneras de ayudar a los familiares a comprender y ser considerados con los demás. Si se practica consistentemente una manera en una familia, podrán sentir que el poder familiar crece día tras día. Sus pequeños esfuerzos harán felices a los miembros de su familia y la felicidad de su familia le dará a usted más fuerza, lo cual crea un círculo virtuoso.

La familia celestial

El sistema terrenal es una figura y sombra que muestra la providencia de las cosas celestiales (He 8:5). Como existe una familia en este mundo, también existe una familia en el cielo; la familia celestial es tan preciosa como la familia terrenal.

Teniendo la carne y la sangre de Dios, hemos llegado a ser la familia celestial, llamándonos hermanos y hermanas (Jn 6:53-54, 2 Co 6:17-18). Dios nos permitió estar en Sion, que es la morada para las almas de la familia celestial. Sion es el lugar de reposo para los hijos celestiales que están heridos por la cruel realidad de este mundo, que es como un campo de batalla. En Sion llena de alegría y felicidad, recibimos consuelo y ánimo.

“Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.” Is 51:11

Mientras nos alimentamos del alimento de vida de Dios y compartimos la alegría y la felicidad en Sion, el amor y los lazos familiares se incrementan. Pero a veces hacemos pasar momentos difíciles a los demás mientras descuidamos nuestros roles en el evangelio insistiendo en nuestras propias opiniones. Esto podría ser ocasionado por la ausencia de cuidado, porque no nos preocupamos entre nosotros o por nuestras palabras y acciones no refinadas incluso durante nuestro proceso de renacer de seres terrenales a seres celestiales.

“El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;” Ro 12:9-11

“Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;” 1 Ts 4:9

Dios nos enseñó reiteradamente acerca del amor fraternal, y nos mostró personalmente sus ejemplos. Esto es porque es preciso el amor para que el poder familiar celestial funcione al máximo. Solo cuando los miembros de la familia celestial cumplan la ley con amor (Ro 13:10), alcanzaremos la salvación de nuestras almas.

Abramos nuestros oídos y mentes hacia nuestros hermanos y hermanas que están en problemas. Reflexionemos si hemos ofendido o no a los demás con nuestras palabras descuidadas u obras caprichosas. El poder que se ejerce cuando los miembros de la familia celestial están unidos con amor, crea el milagro de salvar un alma moribunda. Nuestros esfuerzos para crear este milagro son los más hermosos ante los ojos de Dios, que quiere ansiosamente que todos los seres humanos sean salvos.

“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! […] como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida eterna.” Sal 133:1-3