La confesión a mi hermana
Han Yu-mi, desde Changwon, Corea

Sucedió en los días festivos del Año Nuevo Lunar durante las vacaciones de invierno cuando estaba en segundo grado de primaria. Mi tía, que había vivido cerca y se mudó a una ciudad lejana, visitó nuestro hogar. Todos sonreímos al ver a su familia en mucho tiempo. Antes de regresar, mi tía lamentó tener que partir porque quería llevarnos a mi hermana y a mí a su casa, mostrarnos los alrededores y comprarnos comida deliciosa. Me agradaba mi tía y quería seguirla, pero estaba a punto de comenzar la escuela. Lo que era peor, me mareaba viajar en vehículos, por lo que mis padres me detuvieron. Finalmente, mi tía se llevó solo a mi hermana de siete años.
Ese día, me sentía sola, pero era bueno estar libre del deber de jugar con mi hermana menor. Sin embargo, un día, dos días, una semana y un mes pasaron desde que ella se fue. No volvió incluso después del cambio de estación. La extrañaba. Un día, recordándola, entraba y salía de las habitaciones sin hacer mi tarea. Entonces, levanté el teléfono de la habitación de mis padres. Quería llamar a mi hermana menor, pero no sabía el número de teléfono de mi tía. Solo hablé con el teléfono.
“¡Te echo de menos! Vuelve a casa pronto.”
Entonces el teléfono sonó. Era mi papá. Me preguntó con quién había estado hablando tanto tiempo. No sabía cuánto tiempo llevaba sujetando el receptor. Malinterpretando que había escuchado las palabras que eran para mi hermana, me sonrojé de vergüenza.
Un par de días después, mi hermana finalmente llegó a casa. Apareció con el cabello rizado e incluso tenía un acento diferente. Me alegré de verla de nuevo, pero fue un poco incómodo. Pronto, sin embargo, nos comenzamos a llevar mejor que antes. Ya no era molesto jugar con ella.
Nunca le he dicho a mi hermana que la extrañé mucho, incluso después de treinta años desde entonces. Cuando vea a mi hermana la próxima vez, me gustaría decirle eso, riendo. Ahora es el momento de que esta severa hermana mayor exprese amor por su hermana menor.