Comunicación con consideración por los demás, un atajo para completar la obra del evangelio
Al principio, los recién nacidos rompen en llanto. El aire entra en sus pulmones apenas lloran, lo cual les permite respirar por primera vez.
El primer llanto es el primer respiro, y al mismo tiempo es la primera comunicación con el mundo. Un bebé evidencia su presencia con un fuerte llanto. Desde el primer respiro hasta el día en que damos nuestro último aliento, nos comunicamos con nuestra familia, amigos, colegas y vecinos en toda nuestra vida. La comunicación con los demás puede llamarse la respiración mental. Así como una buena respiración es esencial para la buena salud, la buena comunicación es la base de una vida feliz.
Los humanos son seres que se comunican
La película “El náufrago” trata del viaje de un hombre que quedó varado en una isla desierta a consecuencia de un accidente de avión y regresa a casa después de cuatro años. Lo que más lo apenaba no era el hambre o el frío sino la soledad al quedarse solo en la jungla durante mucho tiempo. Ya que no podía contener su soledad por más tiempo, creó un amigo: dibujó un rostro humano en una pelota de voleibol y conversaba con él. Con frecuencia el hombre saludaba a Wilson, la pelota de voleibol, y conversaba con él para aliviar su soledad.
Aunque una persona sea muy talentosa, no puede vivir sola. Desde las pequeñas cosas diarias como ordenar comida en un restaurante o comprar artículos en un supermercado, hasta las cosas cruciales para el futuro de un país como la educación, los negocios, la política y la diplomacia, todo se hace mediante las relaciones humanas conversando y escuchando. Enfatizando esta característica de los seres humanos, el filósofo Aristóteles dijo: “El hombre es por naturaleza un animal social”.
Como nuestra sociedad se ha vuelto más complicada que en el pasado, hemos llegado a tener diversas relaciones humanas. Antes la gente solo interactuaba con su familia, vecinos y las personas de su escuela y el centro laboral; pero ahora se comunican con muchas personas del mundo que tienen intereses en común, más allá de las fronteras. Cuando confirmamos nuestra presencia y somos reconocidos por los demás intercambiando opiniones y compartiendo información con numerosas personas, nos sentimos felices.
El desarrollo trascendental en la tecnología de comunicaciones ahora crea una nueva ecología de comunicación donde las personas interactúan muy fácil y ampliamente. Con solo tocar la pantalla de un teléfono inteligente, podemos enviar de inmediato un mensaje a nuestros amigos que viven al otro lado del planeta. El síndrome de las redes sociales, una sensación mundial que produjo un problema social debido al hábito de vida de no soltar de las manos el teléfono inteligente, habla del deseo de comunicarse en las personas modernas. Si la situación ha llegado a este punto, podemos decir que la comunicación es tan importante como el alimento que tenemos en cada comida.
La comunicación es positivamente necesaria pero no fácil
“El hombre es un nudo, un tejido, una malla en que se atan relaciones. Solo esas relaciones importan”.
De acuerdo a Saint-Exupéry, autor de El principito, es importante comunicarse bien con los demás a fin de tener una buena relación, pero no es fácil. Muchos entran en conflicto con las personas de su alrededor, contienden, y sienten dolor al no lograr interactuar fácilmente con ellos. Dondequiera que la gente se reúna, siempre existen problemas debido a una diferencia de opiniones entre padres e hijos, esposo y esposa, maestro y estudiantes, supervisor y subordinados, vendedor y clientes, atletas y entrenador, y las compañías y sus gobiernos.
Una encuesta encontró que “la dificultad en las relaciones humanas”, y no la dificultad por un salario escaso o la falta de capacidad en el trabajo, se clasifica en la parte superior de la lista, lo cual hace pensar a los oficinistas que son infelices. Esto implica que la relación humana es importante pero también difícil. Lo mismo vemos en las escuelas. Casi la mitad de los adolescentes han acosado a sus amigos (bullying) dentro de un período de seis meses, y el 30 % de ellos respondieron que experimentaron haber sido acosados. Podría haber varias razones por las que excluyan a sus amigos, pero la principal razón es la falta de comunicación. No tratan de resolver sus problemas a través de la comunicación, sino que simplemente separan a sus amigos de ellos.
El conflicto causado por la falta de comunicación con frecuencia se produce entre personas muy cercanas. El índice de divorcios se incrementa cada año, y la principal causa de los fracasos matrimoniales es “la diferencia de personalidad”. En la mayoría de los casos, no fue realmente porque el esposo tuviera serios problemas de personalidad, sino porque no superaron sus “diferencias”, por lo cual el matrimonio finalmente llegó a su fin.
Nadie quiere estar en discordia con los miembros de su amada familia, sus amigos cercanos o sus colegas con los que tienen que cooperar. Todos quieren ser felices, y se esfuerzan por mantener una buena relación a su manera. Así que, si es difícil tener una conversación cara a cara, tratan de crear una oportunidad de comunicarse al menos mediante los medios de comunicación como el teléfono o la Internet.
Sin embargo, con frecuencia se quejan de que las perplejidades en su complicada relación con los demás se incrementan más y más a medida que se esfuerzan. Dicen que el muro invisible entre ellos se eleva más a pesar de tratar de crear más oportunidades de comunicarse, y finalmente dejan de conversar. Entonces, ¿cuál es el problema?
Una ligera diferencia entre la comunicación y la incomunicación
La crisis económica mundial que empezó en Wall Street (el distrito financiero de la ciudad de Nueva York) en 2008, fue causada por la quiebra de un banco de inversiones. El banco en cuestión tenía una estructura económica sólida como uno de los cuatro grandes bancos de los Estados Unidos, y su director era un hombre que puso su empresa a nivel de clase mundial cuando entró en dificultades en 1980.
“He levantado esta empresa. Mi empresa es más valiosa de lo que puede reconocer el mercado”.
Esto es lo que siempre decía. Estaba confiado de su conocimiento y juicio en la experiencia de su éxito. Y no escuchaba el consejo de sus trabajadores competentes y administraba la compañía con su propio juicio, y finalmente enfrentó la ruina.
El historiador Arnold J. Toynbee utilizó el término “Hubris”, explicando el fenómeno por el cual una persona que tiene una experiencia exitosa cree obstinadamente que su capacidad y metodología son correctas. Hubris es una palabra griega que significa “arrogancia”, refiriéndose a la arrogancia indignante que se inmiscuye en ámbitos divinos sin reconocer las limitaciones humanas.
Aunque no sea un caso extremo como hubris, la gente piensa básicamente y juzga según la base de su experiencia y conocimiento. El problema surge aquí. Cada individuo tiene una visión diferente del valor y ha vivido en diferentes ambientes; así que cuando ignoramos las diferencias fundamentales y nos apegamos a nuestro propio estilo y tratamos de continuar una conversación de un solo sentido, surgen los conflictos.
Una de las razones que crean la incomunicación entre las personas modernas es el estilo de conversación. Como la gente en la actualidad está acostumbrada a terminar las cosas rápido, incluso hablan improvisadamente. No tienen tiempo de pensar y dicen las cosas sin demora, y envían mensajes de texto y escriben un comentario. Su boca reacciona más rápido que su cabeza y sus dedos se mueven más rápido. Una palabra negligente es una de las causas de los conflictos y malentendidos.
Las expresiones defectuosas, que habitualmente utilizamos, empeoran la relación con los demás. Hablando despectivamente: “¿Qué sabe usted?”, “Váyase, de todas formas no entiende”, o hablando ofensivamente: “Ese es su problema”, “Siempre eres así”, hieren sin querer la autoestima de los demás y los irritan. Ya que la gente con frecuencia deja escapar este tipo de comentarios sin saber, en realidad no saben la razón por la que la otra parte se siente incómoda.
Por esta razón, si tratamos de encontrar la razón de la comunicación irregular solo en los demás, será difícil resolver el problema. Si queremos cambiar la incomunicación a la comunicación, necesitamos hacer una introspección para ver si solo insistimos en nuestra propia opinión, o si hablamos sin pensar mucho, o si hay alguna expresión incorrecta que utilizamos habitualmente.
La comunicación es consideración
La comunicación es un proceso para los que tienen diferentes personalidades y valores para cubrir la diferencia entre sí. Schopenhauer explica esto con el ejemplo de un erizo. Un grupo de erizos trata de mantenerse unido con el fin de compartir el calor durante el clima frío, pero tienen que permanecer alejados para evitar herirse con sus espinas afiladas. Acercándose y alejándose entre sí repetidamente, los erizos buscan la distancia más apropiada.
La relación humana también se establece después de someterse a este tipo de prueba y error. La definición de “comunicarse” en el diccionario es “transmitir información, pensamientos o sentimientos para que sea satisfactoriamente recibido y comprendido”. Hasta el momento en que llegamos a la comprensión, necesitamos tiempo para mediar las diferencias de opiniones y entendernos mutuamente. Para esto, una de las actitudes que necesitamos tener es escuchar atentamente. Usualmente pensamos que necesitamos ser buenos oradores para comunicarnos bien, pero escuchar es más importante que hablar. Un experto en comunicación nos aconseja pasar el 90 % del tiempo escuchando y el 10 % del tiempo hablando.
Las personas son egocéntricas por naturaleza, por lo que son propensas a creer solo en lo que ven. Haciéndose un juicio de los hechos que pueden ver, con frecuencia pasan por alto la verdad. Sobre todo en la relación entre subordinados y superiores, en la que una parte solo da una orden y la otra parte la recibe, muchas cosas no se ven porque una parte toma la iniciativa en la conversación. Para conocer la verdad que no alcanza a comprender, necesita ir al nivel de la otra parte; salir de la posición vertical y bajar la vista a la posición del otro nivel y escuchar. Esto no significa que simplemente escuche lo que la otra parte dice, sino que debe ponerse en su posición y pensar en sus circunstancias. No es demasiado tarde para dar su opinión después de escuchar.
Hay algo que debemos cuidar cuando hablamos: debemos evitar decidir al ganador en todo (“lo que dije es correcto, usted está equivocado”). A veces necesitamos decir qué es correcto y qué es incorrecto, pero si atacamos los puntos débiles de los demás con una lógica meticulosa a fin de retener nuestros propios puntos de vista como si estuviéramos en un campo de batalla, podríamos cumplir nuestra meta, pero somos más propensos a herir a los demás. Es sabio conceder un punto en el asunto en el que está bien, para que sea hecho de esta o de la otra manera, después de juzgar primero si se trata de un asunto que decide los aciertos y los errores.
Una cosa más que necesitamos saber es que tenemos que transmitir lo que queremos decir con exactitud. Por ejemplo, muchos extranjeros quieren aprender la receta del bibimbap o del bulgogi, dado que la comida coreana es conocida a nivel mundial, pero muchos de ellos se quejan de las recetas. Es porque hay expresiones poco específicas como “una cantidad adecuada de sal” o “un poco de azúcar”.
Los malentendidos suelen ocurrir cuando hablamos vagamente, asumiendo simplemente que podemos hacernos comprender con facilidad. Para evitar conflictos innecesarios, es importante decir el punto principal.
Necesitan escuchar primero a los demás, entender sus sentimientos y hablar expresiones sencillas y correctas para que puedan captar lo que están diciendo, después de acercarse al nivel de los demás. En resumen, la buena comunicación se inicia desde la consideración por los demás. Podríamos estar ya familiarizados con estas cosas. Pero si no las practicamos, aunque sepamos mucho, no será de utilidad.
La forma de comunicación de la Madre trabaja en todas partes
El evangelio del nuevo pacto se ha predicado a todo el mundo, y ahora la bandera de Sion se ha colocado en más de 7500 regiones de 175 países. Siguiendo la profecía, personas de todas las naciones —nuestra familia espiritual perdida del cielo— están viniendo a los brazos de Dios Elohim. El hecho de tener muchos miembros de nuestra familia celestial quiere decir que tenemos más personas para comunicarnos y también significa que pueden suceder esas dificultades en la comunicación.
“En la boca del necio está la vara de la soberbia; mas los labios de los sabios los guardarán. Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.” Pr 14:3-4
La buena comunicación es necesaria para la unidad de los miembros de la familia celestial en el amor, sin conflictos, malentendidos o contiendas. Si nos unimos con nuestros hermanos que nos rodean, podremos comunicarnos bien con las diferentes personas de este vasto mundo y transmitir perfectamente el amor de Dios.
La comunicación no es algo difícil de hacer. Puede ser hecho con solo imitar la manera en que Dios nos trata. Ya que las palabras dicen que de la abundancia del corazón habla nuestra boca (Mt 12:34), la mejor comunicación es seguir el ejemplo que Dios nos mostró, teniendo el corazón de Dios.
“Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. […] se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.” Jn 13:1, 4-5
Para la salvación de los seres humanos, Jesús vino en la carne para que todos pudieran reconocerlo, y habló con voz humana que todos podían comprender. En la cena de la Pascua, un día antes de su crucifixión, Jesús se humilló ante sus discípulos y les lavó los pies, un acto que las personas consideraban indigno, a través de lo cual estableció un ejemplo de comunicación con servicio. Y hoy en día, la Madre celestial se humilla al nivel de sus hijos y escucha a cada persona, mostrando el ejemplo de comunicación con humildad. Ayer y hoy, la manera en que Dios se comunica con sus hijos es la consideración hacia ellos con humildad y servicio.
Ahora se acerca el glorioso reino de los cielos, y estamos en el proceso de cambiar por completo a fin de que nuestros hermanos que tienen diferentes caracteres puedan comprenderse, respetarse unos a otros y amarse eternamente. Cuando todos nos comuniquemos con sinceridad, considerándonos mutuamente, y creemos un amor perfecto como el agua que corre siempre cuesta abajo y finalmente llega al mar, el evangelio se cumplirá y el reino de los cielos que tanto esperamos se hará realidad.
“[…] revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.” 1 P 5:5-6
- Bibliografía
- Sullivan, James E., The Good Listener, Ave Maria Press, 2000
- Cuatro libros coreanos más sobre habilidades de comunicación