Se sabe que el cristianismo cree solo en un Dios. Pero en realidad, la mayoría de los cristianos creen no solo en Jehová Dios, sino también en Jesús y el Espíritu Santo. ¿Significa esto que Dios es tres personas distintas?
Para la salvación de los seres humanos, Dios dividió seis mil años en tres épocas: la época del Padre, la época del Hijo y la época del Espíritu Santo, y realizó su obra de salvación con un nombre diferente en cada época. En la época del Padre, Dios usó el nombre de Jehová; y en la época del Hijo, Dios vino en el nombre de Jesús. En la época del Espíritu Santo, Dios ha de tener otro nombre cuando realice su obra de redención en esta tierra.
『Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.』 Mt. 28:18-20
Antes de la venida de Jesús, Jehová era el único Salvador. En ese momento, Jehová era el único nombre por el cual las personas podían ser salvas. Llamamos este period
la “Época del Padre” (Is. 43:11). Cuando Jesús vino a esta tierra como el Hijo de Dios hace dos mil años, Jesús era el único Salvador; y no había otro nombre con el que las personas pudieran ser salvas. Llamamos este período la “Época del Hijo” (Hch. 4:11).
La Biblia muestra que existe el nombre del Espíritu Santo además del nombre del Padre y del Hijo. Esto implica que después de la época del Padre y del Hijo, tiene que aparecer otro Salvador con un nombre nuevo en la época del Espíritu Santo, y que las personas pueden ser salvas por ese nombre en la época del Espíritu Santo.
Entonces, cuando la Biblia dice que hay un nombre diferente del Salvador en cada una de las tres épocas (la época del Padre, la época del Hijo y la época del Espíritu Santo), ¿significa acaso que Dios es tres personas? No, en absoluto. Aunque Dios haya venido con un diferente nombre y con diferente aspecto en cada época, Jehová, Jesús y el Espíritu Santo son uno y el mismo Dios. El cristianismo llama esto la “trinidad”. La palabra “trinidad” significa que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son esencialmente un Dios.
Jesús es Jehová que vino en carne
Hoy en día, el cristianismo se ha expandido a todo el mundo. Por eso, la mayoría de las personas conocen a Jesús, sean cristianos o no, pero muchos de ellos no lo conocen correctamente. Ellos piensan que Jesús es una criatura como uno de nosotros, y algunos aún insisten en que Jesús es un profeta fracasado que no cumplió la voluntad de Dios. Pero Jesús es en su naturaleza Jehová Dios.
『Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.』 Is. 9:6
En la Biblia, “Padre” se refiere a Jehová Dios. La Biblia llama a Jesús, que nació como un bebé en esta tierra: “Dios Todopoderoso y Padre Eterno”. Esto significa que Jesús es Jehová. Aunque Jesús nació como un hombre en esta tierra, en su naturaleza es Dios Todopoderoso.
En el Nuevo Testamento, podemos ver escenas en que Jesús cumple las profecías del Antiguo Testamento acerca de Jehová Dios. Estas escenas son evidencias claras de que Jesús es Jehová.
『He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; […]』 Mal. 3:1
『Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios. […] He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.』 Is. 40:3, 10-11
Las dos profecías anteriores fueron cumplidas por Juan el Bautista y Jesús. Juan el Bautista fue el mensajero de Dios que preparó el camino delante de Jehová, y Jesús era Jehová que vino como un hombre en el camino preparado por Juan el Bautista (Mt.3:1-3, Mt. 11:10-11). Por eso los apóstoles, que creyeron en los testimonios de la Biblia y comprendieron la verdad apropiadamente, proclamaron que Jesús era Dios.
『Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.』 Fil. 2:5-8
『de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.』 Ro. 9:5
Ante los ojos de la gente, Jesús puede parecer solo un hombre débil e indefenso, porque fue ridiculizado, despreciado y finalmente crucificado. Pero él es Jehová Dios, que creó todas las cosas y proclamó los diez mandamientos en el monte Sinaí en medio del fuego.
Jesús y el Espíritu Santo
El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios (Jn. 4:24). Acerca del Espíritu Santo de Dios, la mayoría de las personas piensan en él solo como una energía o poder invisible como las ondas eléctricas. Pero el Espíritu Santo también se refiere a Dios, que es una Persona.
『Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.』 Ro. 8:26
El Espíritu Santo se contrita, gime, ora y además habla (Ef. 4:30, Ap. 2:7). Todo esto es posible porque el Espíritu Santo es una Persona.
El Espíritu Santo, que tiene que aparecer como una Persona, y Jesús, son el mismo.
『¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.』 Ro. 8:34
La Biblia dice que el Espíritu Santo intercede por nosotros, y que Jesús también intercede por nosotros. Esto es porque el Espíritu Santo y Jesús son uno y el mismo.
『Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.』 1 P. 1:10-11
『entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.』 2 P. 1:20-21
Las profecías de la Biblia fueron escritas por el mismo Espíritu. El Espíritu de Cristo (Jesús) que conmovió a los profetas del Antiguo Testamento es el Espíritu Santo.
Por lo tanto, Dios Padre Jehová y Dios Hijo Jesús son el mismo, y Dios Hijo Jesús y Dios Espíritu Santo son uno y el mismo. En consecuencia, Dios Padre Jehová y Dios Espíritu Santo no son diferentes sino el mismo.
El Salvador de la época del Espíritu Santo
Dios Espíritu Santo tiene que aparecer como el Salvador en la época del Espíritu Santo, que es la última de las tres épocas: la época del Padre, la época del Hijo y la época del Espíritu Santo.
『Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.』 Jn. 14:26
Ya que Dios Padre y Dios Hijo obraron en el nombre de Jehová y en el nombre de Jesús respectivamente, Dios Espíritu Santo tiene que venir con un nombre Nuevo diferente del nombre de “Jehová” o “Jesús”, para darnos la salvación.
『Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.』 Ap. 3:12
Nosotros vivimos en la época del Espíritu Santo. Si alguno nos ha enseñado la verdad del nuevo pacto que Jesús estableció hace dos mil años, debemos reconocerlo como Dios Espíritu Santo que ha aparecido en esta época, sin importar qué apariencia y nombre tenga, como Jehová Dios Todopoderoso que dividió el Mar Rojo, y como Jesús que se sacrificó en la cruz para el perdón de nuestros pecados.
Los que interpretan la Biblia según sus propios estándares doctrinales, nunca podrán comprender al verdadero Dios ni recibir la bendición de la salvación de Dios. Jehová, Jesús y el Espíritu Santo son esencialmente uno y el mismo Dios, aunque cada uno de ellos haya trabajado en una época diferente, con una apariencia diferente, y un nombre diferente. Debemos tener el correcto conocimiento de Dios y una fe apropiada en él, a fin de poder recibir al Salvador que tiene que aparecer para darnos la salvación en esta época.