
—En un día lluvioso, vemos a tres personas en la parada del autobús mientras conducimos. Uno es un anciano que lucha por su vida, otro es un médico que le salvó la vida en el pasado y la otra es la chica de sus sueños. Si solo pudiera llevar a una persona en su automóvil, ¿quién sería?
—El viejo, por supuesto.
—Llevaría al médico que me salvó la vida, en retribución.
—Para mí, la chica de mis sueños. Si la dejo ir, es posible que nunca vuelva a verla.
Cualquiera que sea la elección que haga, siempre hay un motivo razonable. Sin embargo, la clave de esta pregunta no está en cómo resuelve el problema, sino en su actitud. Dependiendo de su actitud hacia el mismo problema, obtendrá diferentes formas de resolverlo. Si tiene un corazón cálido que considera a todos, podrá ser capaz de elegir una forma inspiradora y más sabia. Como el siguiente ejemplo:
—Le daré la llave de mi auto al médico para que lleve al anciano al hospital, y esperaré el autobús con la chica de mis sueños.