Garth Callaghan, jefe de una familia estadounidense promedio, es un padre tan tierno para su hija que hasta le prepara el refrigerio. Todos los días escribe hermosas frases como proverbios en las servilletas de la fiambrera para expresar su amor por su hija. Sin embargo, un día le diagnosticaron cáncer. Mientras luchaba contra el cáncer a través de varias operaciones y recurrencias, le preocupaba que quizá no sobreviviera para ver la graduación de su hija. Así que escribió 826 notas en servilletas por adelantado, suficientes para que alcanzaran hasta su graduación de secundaria.
“Querida Emma, a veces cuando necesito un milagro, te miro a los ojos y comprendo que ya he creado uno”, “Un simple rayo de luz puede romper un mundo de tinieblas”, “Los ganadores siguen jugando hasta que lo consiguen”, “El verdadero valor está en enfrentar el peligro cuando tienes miedo”…
Usualmente desechamos las servilletas después de usarlas una sola vez. No obstante, las servilletas que él le daba a su hija eran inestimables, las cuales no se pueden comparar con ninguna otra herencia. Él dice que cinco minutos son suficientes para escribir “te amo” a los seres queridos, y que la mejor manera de pasar un tiempo valioso es amar a los demás.