Intercambiando amor y emoción

Noh Min-a, desde Anyang, Corea

924 Vistas

“¿Cómo puedo pasar mis vacaciones de verano de manera significativa?”

En 2017, aunque todos pertenecíamos a diferentes Siones, habíamos estado participando juntos en la educación de la ABIT. Así que teníamos la misma esperanza de tener una experiencia especial durante nuestras vacaciones de verano que se presentan solo una vez al año. Estando de acuerdo, decidimos actuar antes de que fuera demasiado tarde. Nuestro plan era volar a un país en el que nunca hubiésemos estado, ampliando nuestros horizontes tanto física como espiritualmente, y mostrar la gloria de Dios a través de nuestras buenas obras. El lugar donde nos quedaríamos por diez días era Salt Lake City, la capital del estado de Utah, en el Medio Oeste de los Estados Unidos. Al igual que su nombre, oramos para que desempeñáramos el papel de la sal que purifica el mundo.

Estuvimos ocupados desde el primer día, visitando uno y otro lugar con la guía de los hermanos y hermanas locales; experimentamos la desconocida cultura de los Estados Unidos y presentamos la verdad segura de la Biblia a los estadounidenses. También tuvimos una oportunidad de hacer un servicio voluntario; según lo dispuesto por una institución pública, pintamos la casa de una anciana que vivía sola.

Antes de comenzar nuestro servicio voluntario, la institución nos preparó desayunos, lo cual era algo que no esperábamos. Nos sentimos bien al escuchar que la gente estaba dispuesta a ayudar a la Iglesia de Dios, ya que el apasionado servicio voluntario de los miembros era bien conocido.

Después de la abundante comida, comenzamos nuestra obra llenos de energía. La casa de la anciana era vieja y desgastada, y el jardín abandonado parecía una jungla. Después de echar un vistazo, raspamos la pintura descascarada en diferentes lugares. Luego pintamos la parte superior de las paredes cerca del techo, y después el resto de las paredes, utilizando rodillos y brochas.

Aunque todos estábamos a cargo de diferentes tareas, teníamos algo en común: una hermosa sonrisa. Nadie fruncía el ceño, aunque estábamos sudando bajo el sol. Nuestros rostros y gestos estaban llenos de emoción. Sentíamos que estábamos limpiando la casa para un invitado especial, más que solo ayudando a alguien. La sonrisa de los hermanos y hermanas era como la de los ángeles, y sus gotas de sudor brillaban como joyas.

El tiempo pasó rápido. Mientras limpiábamos alrededor de la casa y ordenábamos las cosas después de pintar, ayudamos a la dueña de la casa a salir.

“Gracias. Muchas gracias. Los amo.”

Ella se conmovió mucho al ver su casa completamente cambiada en unas pocas horas. Nos abrazó a cada uno de nosotros, mirándonos a los ojos. Los funcionarios de la institución también elogiaron nuestro trabajo: “Hicieron un excelente trabajo”, y también expresaron su gratitud otorgándonos un certificado de reconocimiento. Nos conmovimos más que ellos por todos sus elogios y su felicidad.

Para ser honesta, tuvimos muchas preocupaciones al principio. No éramos buenos para hacernos entender y nunca habíamos aprendido a pintar correctamente, así que nos preocupaba que les causáramos problemas. Sin embargo, la sinceridad siempre funciona, y definitivamente pudimos ayudar cuando tuvimos pasión y fuerza.

Pasando diez días en los Estados Unidos, especialmente cuando hicimos el servicio voluntario, sentimos profundamente que el mundo es grande y que hay muchas cosas que hacer. Comprendimos que el servicio voluntario que hacemos para los demás también enriquece nuestras almas.

Fueron las mejores vacaciones de verano de ese año, ya que nos esforzamos por los demás, no solo para nosotros mismos, y aprendimos muchas cosas con una profunda emoción.