Un fotógrafo estadounidense preguntó a cincuenta chefs famosos qué les gustaría comer por última vez antes de morir. La mayoría de ellos eligió alimentos simples como rosquillas, pollo, huevos fritos y hamburguesas en lugar de los alimentos de la más alta calidad que ellos preparaban. La razón es que esos alimentos traen recuerdos de algunas personas preciosas en sus vidas o experiencias inolvidables.
De hecho, un hospital de cuidados paliativos en Japón ofrece a los pacientes la última comida que desean probar. La mayoría de los alimentos que eligen los pacientes contienen buenos recuerdos, y según el hospital ellos disfrutan la comida que les traen sus viejos recuerdos y se sienten felices. Para esta cena especial que se lleva a cabo todos los viernes por la noche, el chef y el nutricionista se reúnen con los médicos y reciben las órdenes de los pacientes. Y luego deciden los tamaños de los ingredientes y la forma de cocinarlos, dependiendo de la condición de los pacientes. Dado que la estadía promedio de los pacientes en el centro de cuidados paliativos es de menos de un mes, algunos mueren sin tener la oportunidad de comer lo que ordenaron.
En los momentos finales de su vida, la gente dice: “Ojalá hubiera disfrutado un poco más de esta deliciosa comida”, “Ojalá tuviera más oportunidades de comer con mi amada familia”. ¡Un momento para comer junto con alguien a quien ama! Algunas personas recuerdan este tiempo ordinario como un momento especial que tanto extrañan.