Corea del Sur
Durante el verano, cuando las plantas con hojas verdes están en plena floración, el 75.º Grupo de Visita del Extranjero llegó a Corea. El grupo, que dio comienzo a su agenda el 10 de julio, estuvo formado por más de 250 miembros de 175 iglesias de 41 países. La mayoría de ellos eran universitarios entre 20 y 29 años con planes y sueños para su futuro. Sus culturas, idiomas y razas eran diferentes porque venían de muchos países de todos los continentes, por ejemplo, Mongolia y Hong Kong en Asia Oriental, Argentina en Sudamérica, que está al lado opuesto de la tierra desde Corea, Finlandia en Europa septentrional y Botsuana en África continental. De acuerdo con las profecías de la Biblia, todos fueron llevados a los brazos de la Madre Nueva Jerusalén, la fuente del agua de la vida (Ez. 47:1-9, Gá. 4:26).
La Madre tomó sus manos uno por uno. Se alegró de encontrarse con ellos que vinieron desde lejos, y dijo que los había extrañado mucho. En cada culto y evento, la Madre oró para que recibieran mucha bendición. “Están siguiendo los pasos del Padre con pasión y sacrificio. El apóstol Pablo se dedicó a la obra del evangelio sin sentirse cansado al comprender el valor del nuevo pacto y la gracia de la salvación. Como él, comprendamos el amor de Dios que soportó el dolor de la muerte por los pecadores, para que no caigamos en las tentaciones ni nos rindamos ante las dificultades que duran muy poco. Concentrémonos en salvar almas hasta el final”, fue lo que la Madre pidió a los miembros del extranjero que trabajan para el evangelio a pesar de su apretada agenda con la universidad y el trabajo para sustentarse (Col. 3:1, Stg. 4:4, Ec. 2:7-11).
Y el Primer Pastor Kim Joo-cheol enfatizó la importancia de la unidad y expresó: “En los tiempos de Josué y Gedeón, el pueblo de Dios obtuvo la victoria sobre sus enemigos cuando todos gritaron en obediencia a la palabra de Dios. Levantémonos, resplandezcamos la luz de la verdad juntos para que las personas de todas las naciones vuelvan a Dios y se cumpla el mandamiento de Jesús: ‘Id, y haced discípulos a todas las naciones, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado’”, sembrando en su corazón la visión del evangelio de predicar a siete mil millones de personas (Jos. 6:1-5, Jue. 7:1-21, Mt. 28:18-20, Is. 60:1-5, Ro. 8:16-18).
Bajo el cuidado especial de la Madre y el amor y la consideración de los miembros coreanos que los saludaban diciendo “we love you” por dondequiera que iban, los miembros del extranjero tuvieron diversas experiencias, como visitar iglesias vecinas y el Museo de Historia de la Iglesia de Dios, y asistir a la Conferencia Mundial de Liderazgo para Universitarios 2019. A través de un evento organizado en el Instituto de Formación Go&Come de Okcheon, compartieron la visión del evangelio con los jóvenes y estudiantes coreanos. “A través de esta visita, entendí que no estoy sola. Como hijos del Padre y la Madre que están llenos de amor, cuando todos nos esforcemos por cumplir la misión en nuestras propias circunstancias, terminaremos de predicar el evangelio a siete mil millones de personas fácilmente”, expresó la hermana Paola Rendon de New Windsor, NY, EE. UU. Y el hermano Rocky Fernandes de Pune, India, manifestó: “A lo largo del programa con los jóvenes de muchos países, sentí su fuerte pasión y firme determinación de cumplir la misión del evangelio. Tengo la plena confianza de que pronto podremos predicar a todas las personas del mundo”. El Cántico Nuevo que entonaron en coreano durante el último culto antes de partir a sus países, demostró su determinación y entusiasmo por cumplir la predicación a siete mil millones de personas:
“¡Oh, las estrellas de Sion! ¡Jóvenes, rocío del alba! ¡Alumbren la luz, levántense! ¡Alumbren la gloria de la Madre! Nuestro Dios Elohim les dio la fuerza y el poder. ¡Levantémonos ya, oh jóvenes! ¡Levántense!”