Siempre estoy de tu lado

Kang Min-seo, desde Seongnam, Corea

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Cuando estaba en el último año de la escuela secundaria, cada vez que necesitaba algo de dinero, solía vender mis artículos en línea en lugar de pedirles a mis padres una asignación. El comercio de artículos usados parecía tener muchas ventajas; no solo podía ganar algo de dinero, sino también descartar los artículos que ya no usaba, y podía tener una sensación de mejor economía. Fascinado por el comercio de bienes usados, pensé en cómo obtener ganancias a través del comercio, aunque aparentaba estudiar mucho en la sala de lectura como otros estudiantes.

Mientras pasaba un tiempo precioso comprando y vendiendo cosas, la prueba de aptitud académica estaba a la vuelta de la esquina. Un día, recibí una llamada de la estación de policía. Me dijeron que tenía que ser investigado por fraude. Ante la llamada como un rayo caído del cielo, recordé el pasado. Un trato sospechoso vino a mi mente. Como resultado de indagar el caso, resultó que la persona que quería comprar uno de mis artículos dejó que otro remitiera el dinero y él mismo arrebató el producto. Como el remitente no recibió lo que le envié, malinterpretó que yo, el vendedor, había tomado el dinero sin enviar el artículo.

La policía contactó a mis padres porque era menor de edad. Ese día, mi padre me llamó a su habitación. Al igual que una oveja arrastrada al matadero, tenía miedo de verlo. Cuando entré en su habitación con miedo, el rostro de mi padre adquirió una expresión fija. Las palabras que había organizado en mi cabeza se desvanecieron, y expliqué el caso de principio a fin de manera incoherente. Al escucharme, mi padre abrió la boca.

“Ese es tu argumento. Como los investigadores ya lo han considerado un fraude, ¿piensas que creerán en tus palabras? Pero aunque los investigadores sospechen de ti y te traten como un criminal, siempre estaré de tu lado y confiaré en ti.”

En ese momento, mi miedo desapareció y una sensación de alivio me inundó. Mi padre no me regañó, sino que me consoló, aunque en vez de concentrarme solo en estudiar, estaba fascinado por otra cosa e incluso había sido citado por la policía. Después de tres o cuatro investigaciones, se reveló la verdad y fui declarado inocente, y también pude rendir la prueba de aptitud académica de manera segura.

Anteriormente, no sabía que mi padre pensaba tanto en mí. Pero ahora que lo pienso, mi padre siempre estuvo de mi lado cuando estuve en problemas. Las cálidas palabras que me dijo ese día, me animan cada vez que atravieso momentos difíciles.