En Mateo 22 Jesús dijo que el primer mandamiento es “amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”. ¿Pero el primer mandamiento no es “no tendrás dioses ajenos delante de mí”?

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“Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento.” Mt 22:35-38

“Amarás a Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”, significa: “Amar a Dios al cien por ciento”. La persona que ama a Dios al cien por ciento no puede servir a otros dioses. El primero de los diez mandamientos y el primer mandamiento mencionado por Jesús no son diferentes, sino el mismo.

La manera de amar perfectamente a Dios

Hay muchas personas que dicen amar a Dios sinceramente. Sin embargo, tienen sus propios estándares y métodos para amar a Dios, por lo que no es fácil guardar, con los pensamientos humanos, el primer mandamiento que Jesús mencionó. La Biblia describe la manera de amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente. Esta es la observancia de la Pascua.

“Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Haced la pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto. No había sido hecha tal pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel y de los reyes de Judá. A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua a Jehová en Jerusalén. […] No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro igual.” 2 R 23:21-23, 25

Celebrando la Pascua, el rey Josías fue reconocido como la persona que amó a Dios con todo su corazón, alma y fuerzas. Por lo tanto, al igual que Josías, quienquiera que guarda la Pascua observa perfectamente el primer mandamiento que Jesús nos dio.

El primer mandamiento y la Pascua

Este hecho se aclara más cuando examinamos más detalladamente la relación entre el primer mandamiento y la Pascua.

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;” Dt 6:4-8

Dios nos dijo que atemos las palabras: “Amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”, el primer mandamiento, como una señal en nuestras manos, y que estén como frontales entre nuestros ojos. Y nos dijo lo mismo cuando mencionó la Pascua.

“Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto. Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jehová esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jehová de Egipto.” Ex 13:8-9

La observancia que los israelitas hicieron cuando salieron de Egipto fue la Pascua (Ex 12:1-14). “Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos.” Dios nos dijo lo mismo en lo concerniente al primer mandamiento que Jesús habló y también de la Pascua. Esto muestra que el primer mandamiento y la Pascua son lo mismo. Esa es la razón por la que se dijo que el rey Josías, que había guardado la Pascua, había observado el primer mandamiento perfectamente. El primer y más grande mandamiento: “Amarás a Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”, solo puede ser observado cuando guardamos la Pascua.

Otros dioses son destruidos cuando guardamos la Pascua

Si guardamos la Pascua, podemos observar automáticamente el primer mandamiento: “No tendrás dioses ajenos delante de mí”.

“[…] es la Pascua de Jehová. Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová.” Ex 12:11-12

En la noche de la Pascua, Dios ejecutó juicio en todos los dioses de Egipto. Todos los otros dioses son juzgados y destruidos cuando celebramos la Pascua, por lo tanto, podemos servir completamente solo a Dios.

Aunque el rey Josías creía en Dios, había servido a los ídolos y a todas las abominaciones igual que sus generaciones pasadas, y los tuvo en el templo santo de Dios durante dieciocho años, sin reconocer su adoración al ídolo. Sin embargo, después de comprender la Pascua, sus ojos espirituales fueron abiertos y destruyó todos los ídolos que había servido inconscientemente hasta ese momento.

“A los dieciocho años del rey Josías fue hecha aquella pascua a Jehová en Jerusalén. Asimismo barrió Josías a los encantadores, adivinos y terafines, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová.” 2 R 23:23-24

También podemos ver la misma historia en los tiempos del rey Ezequías.

“Envió después Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraín y a Manasés, para que viniesen a Jerusalén a la casa de Jehová para celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel.” 2 Cr 30:1

“Hechas todas estas cosas [la Pascua], todos los de Israel que habían estado allí salieron por las ciudades de Judá, y quebraron las estatuas y destruyeron las imágenes de Asera, y derribaron los lugares altos y los altares por todo Judá y Benjamín, y también en Efraín y Manasés, hasta acabarlo todo. Después se volvieron todos los hijos de Israel a sus ciudades, cada uno a su posesión.” 2 Cr 31:1

Si no podemos distinguir a Dios de los dioses ajenos, no podemos evitar servir inconscientemente a otros dioses. Sin embargo, si guardamos la Pascua, nuestros ojos espirituales se abren a fin de que podamos eliminar todos los dioses ajenos e ídolos que hemos servido inconscientemente. Este es el poder de la Pascua.

Prediquemos la Pascua del nuevo pacto a todo el mundo

En todas las épocas, cuando la gente no guarda la Pascua, no puede evitar servir a los ídolos, aunque piensen que creen en Dios.

En estos días hay muchas iglesias que rinden culto el domingo, el día de adoración del dios sol, celebran la Navidad, el día de nacimiento del dios sol, y erigen la cruz que es un ídolo. Esto se debe a que ellos no guardan la Pascua.

La Pascua es la única manera de amar y servir a Dios sin adorar a ningún otro dios. Fue nuestro Dios Elohim quien nos enseñó la Pascua a los que no sabíamos cómo amar ni servir a Dios perfectamente. Dando gracias a Dios, debemos predicar a todo el mundo la Pascua del nuevo pacto, que es la manera de amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente.