Rescate

21,327 visualizaciones

“Como esperaba, Jesús bajó a la tierra en cuerpo para salvar a las almas que pecaron, y se sacrificó como la ofrenda de expiación. Ya que “la paga del pecado es muerte”, un justo sin pecado debe morir para poder salvar a las almas que pecaron. De acuerdo con la antigua ley, si un hombre pusiere en libertad a un pecador, el tal hombre deberá morir en lugar del pecador (1 R. 20:42).” En el Libro de la Verdad Los Visitantes del Mundo Angelical, Capítulo 13, El primer Adán y el postrer Adán

1. Significado literal

Rescate, “λυτρον” (lutron) en griego, es una palabra usada para el dinero exigido a cambio de la liberación de un esclavo o un cautivo.

2. Significado de rescate en la historia (1 R. 20:1-43)

Cuando Acab era rey de Israel, peleó contra el ejército de Ben-adad rey de Siria. Acompañado de treinta y dos reyes, con caballos y carros, el rey de Siria subió y sitió a Samaria (capital de Israel), y la atacó. Él demandó la rendición de Israel, pero el rey Acab y los israelitas decidieron pelear contra el rey de Asiria.

Entonces un profeta de Dios vino al rey y le hizo saber que Dios entregaría el ejército de Siria en la mano de Israel (Dios permitiría que Israel venciera al ejército de Siria), e Israel obtuvo una gran victoria en la batalla.

El rey de Asiria huyó y se consoló diciendo: “Sus dioses [Dios de Israel] son dioses de los montes. Esa es la razón por la que fueron más fuertes que nosotros. Pero si peleamos contra ellos en la llanura, entonces los venceremos”. Él fortaleció el poder de su ejército e hizo una guerra contra ellos el siguiente año.

Israel también incrementó su ejército porque el profeta de Dios le hizo saber que el ejército de Siria atacaría a Israel el siguiente año. Sin embargo, cuando fueron al encuentro del ejército de Siria, la fuerza militar de Israel no se comparaba con la de Siria. Está escrito: “Y acamparon los hijos de Israel delante de ellos como dos rebañuelos de cabras, y los sirios llenaban la tierra” (1 R. 20:27).

El profeta entregó el mensaje de Dios al rey de Israel. “Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no Dios de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcáis que yo soy Jehová.” Dios ayudó al ejército de Israel a ganar la guerra. El rey de Siria no tuvo otra opción que suplicar al rey de Israel que salvara su vida y la de su pueblo. Acab se sintió orgulloso por la palabra del rey de Siria y dejó que él y su pueblo se fueran, a pesar de que Dios los había entregado en su mano.

Después el profeta recibió un mensaje de Dios. Él se disfrazó con una venda sobre los ojos como un soldado herido y fue ante el rey Acab.

“Tu siervo salió en medio de la batalla; y he aquí que se me acercó un soldado y me trajo un hombre, diciéndome: Guarda a este hombre, y si llegare a huir, tu vida será por la suya, o pagarás un talento de plata. Y mientras tu siervo estaba ocupado en una y en otra cosa, el hombre desapareció.”

El rey Acab escuchó lo que dijo, pero el rey no sabía que él estaba hablando del mismo rey y dijo: “Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado”.

Acab dejó ir al rey de Siria que tenía que morir. La palabra de Dios fue dicha a Acab. “Así dice Jehová: Por cuanto soltaste de la mano el hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo.”

Como se muestra arriba, “rescatar a alguien” significa que aquel que no ha pecado muera en lugar del pecador que va a morir.

3. Cristo se hizo rescate

En los tiempos del Antiguo Testamento, se tomaba un animal y su sangre era rociada en el altar para rescatar a los israelitas cada vez que pecaban. En los tiempos del Nuevo Testamento, esto fue cumplido por Cristo, quien derramó su sangre como la realidad de cada rescate.

Ahora todas las almas que creen en la sangre de Jesús y siguen sus enseñanzas, no serán condenadas sino salvas, siendo rescatadas por Cristo.

“Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” Mt. 20:28, Mr. 10:45

Jesús no tenía pecado, pero dio su cuerpo en rescate por nosotros, los pecadores que teníamos que morir. ¿Cómo podríamos olvidar su amor?