Los dedos más bellos del mundo
Ahn Ji-yeong, desde Kaohsiung, Taiwán
Cuando era estudiante de primaria, mi tía me llevó a un hospital grande. Cuando fui allí sin saber la razón, vi a alguien con una bata de paciente, que me pareció familiar. Era mi madre. Estaba feliz de verme, pero pronto gritó.
—¡Ay! Me duele.
Cuando el médico le aplicó un antiséptico en la mano envuelta en vendas, dijo que le dolía, pero me sonrió tan pronto como me vio. Como sonrió, no me lo tomé en serio, aunque vi sus dedos cubiertos de sangre.
Mamá salió del hospital en un mes. Recibí una llamada para reunirme con ella antes de ir a casa, y la esperé con entusiasmo.
Ella llegó poco después. Abrió sus brazos para abrazarme, porque me veía después de mucho tiempo. Sin embargo, tenía miedo de su mano, que era diferente que antes. Esquivé su mano e hice un comentario que todavía lamento haber pronunciado.
—¡Su mano es rara! ¡Da miedo! No me acercaré a usted.
—Oh, ¿qué pasa? No da miedo. Está bien.
Terminé sin abrazar a mi madre que intentaba consolarme.
Cuando crecí, supe por qué se había lastimado. Después de que mi padre murió inesperadamente, mi madre tuvo que trabajar en una fábrica sin tener tiempo de reponerse, y una máquina cortó la mitad de sus dos dedos mientras trabajaba. Ella me sonrió a pesar de estar gravemente herida, preocupada de que me sorprendiera.
—¿Qué pensó cuando se lastimó los dedos? —le pregunté una vez; y su respuesta me emocionó.
—Estaba tan impactada que no podía sentir dolor. Cuando intenté mover los dedos en la ambulancia, se movieron. Me sentí aliviada porque podía seguir trabajando.
En una situación tan urgente, le preocupaba que no pudiera trabajar y que sería difícil criar a sus hijos. Aunque no lo demostró, debe de haberla lastimado mucho cuando su hija esquivó su mano, diciendo que era extraña. Incluso en este momento en que estoy escribiendo, me siento mal ante ella y las lágrimas me embargan.
Cuando era joven, tenía miedo e incluso me avergonzaba de sus dedos cortos, pero ya no lo estoy. Para mí, los dedos de mi madre son los más hermosos del mundo.