Armonía

575 Vistas

Aunque cada músico en una orquesta sea excelente en su propia interpretación, a menos que todos los intérpretes toquen en armonía, llegan a hacer sonidos desagradables. Mientras ignoren las presentaciones de los demás y sigan aferrados al sonido de sus propios instrumentos, nunca podrán ofrecer una magnífica presentación.

“para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.” 1 Co. 12:25-27

Somos miembros de un mismo cuerpo en Cristo y un miembro por sí mismo no puede hacer nada. Por muy grande que sea el don del Espíritu Santo que cada uno ha recibido de Dios, no se puede hacer nada sin cooperar con los demás. Así que debemos cuidarnos unos a otros y trabajar juntos en todo. Cuando consideremos a los miembros que parecen débiles y menos preciosos como más preciosos y actuemos como un cuerpo, podremos cosechar muchos frutos cuando los talentos que Dios ha dado a cada uno de nosotros trabajen juntos. Estemos en armonía con los demás cada día para los maravillosos acordes del evangelio.